Santa Mira, un pequeño pueblo del norte de California. El doctor Miles Bennell recibe en su consulta a varios pacientes con una dolencia que no puede tratar: todos ellos insisten en que un familiar cercano no es en realidad quien parece ser.
Intrigado y desconcertado, Miles recorre el pueblo en compañía de Becky, su viejo amor de juventud, y de sus amigos Jack y Theodora Belicec, comprobando que una serie de peculiares fenómenos tienen lugar en los sótanos y armarios de las casas, mientras los vecinos duermen...

"Por primera vez en castellano, la famosa novela de los años cincuenta, fruto a partes iguales de la paranoia anticomunista y de los relatos de invasiones extraterrestres, en la que se basaron las versiones cinematográficas de Don Siegel, Philip Kaufman, Abel Ferrara y Oliver Hirschbiegel."
(edit. promo.)

Quién no conoce la historia de los extraterrestres que vienen a apoderarse del mundo? Solo que éstos no vienen a "parlamentar con los dignatarios de vuestro planeta" sino a (spoiler?) replicarse y consumir todos los recursos del planeta para dejarlo exprimido y largarse para otra parte.

Lo cierto es que a la obra se le notan un poco los años y si seguí leyéndola fue porque no tenía nada más a mano para llevar en el metro durante este mes que me ha tocado gozar del transporte público en la metrópoli. Pero poco a poco fui pillándole el puntillo y ha acabado gustándome.

La pena es que te sabes un poco la historia (incluso puedes intuir el final, aunque me ha parecido un poco demasiado precipitado) y ello da pie a que no puedas hacer mucho juego con el tema de la paranoia del principio: personas que has conocido durante toda la vida, han dejado de ser las mismas, aunque sean físicamente iguales y hagan las mismas cosas, es como si les faltara, no sé, el espíritu americano.

La obra es hija de su tiempo y en los cincuenta, la Guerra Fría estaba en su punto álgido. Los comunistas eran el demonio en la tierra y cualquiera, tu padre, tu vecino... podía esconder una sucia personalidad roja bajo esa capa de cotidianeidad que lo hacía tan reconocible.

(Agh, me acaba de echar página para atrás y ya pensaba que se había borrado todas las bobadas de arriba)

Para finalizar, es muy recomendable la especie de apéndice que hace el traductor (Lorenzo Luengo) al final del libro. Y es que esta obra ha conocido multitud de versiones y películas (creo que cuatro). No está tan ma como pensé al principio. ( )