Después de "Veinte mil leguas de viaje submarino", sabiendo que esto era una especie de continuación, y teniendo en cuenta su extensión, la verdad es que me daba reparo leerme esto. Pero no tiene nada que ver. Cinco hombres, prisioneros de los sudistas en la guerra de Secesión norteamericana, escapan en globo, pero las corrientes les llevan a una isla deshabitada del Pacífico sur. Allí, bajo el mando de uno de ellos, ingeniero de profesión, se montan un tinglado que deja en pañales a Robinson Crusoe, incluyendo fraguas, hornos de alfarero, todo tipo de comida, telares, campos de cultivo y hasta telégrafo interno. De vez en cuando, unos inexplicables golpes de suerte les aportan lo que ni la generosísima naturaleza de la isla ni su prodigiosa inventiva les pueden dar. En determinados momentos, su historia enlaza también con "Los hijos del capitán Grant" de modo que, más que la continuación de los otros dos, este libro es más bien el cierre de un tríptico que, sin embargo, permite que cada obra pueda ser leida independientemente de las otras, salvo que, si lees esta antes que las otras, ya te sabes el final.

Pero, como digo, aunque la confianza casi infinita del autor en la capacidad de la técnica para hacer sobrevivir, e incluso vivir muy bien, al ser humano en cualquier circunstancia casi nos hace sonreir, lo cierto es que engancha y hasta emociona ver los progresos de la pequeña comunidad, en la que, por cierto, no aparece la más mínima fisura interna. Y, además, los golpes de misterio e incluso de acción (la exploración de la isla vecina y un emocionante ataque pirata al final) están muy sabiamente administrados para que el tono no decaiga nunca. Ahora sí que he encontrado el Verne que buscaba. A lo mejor hasta me animo a leer algo más suyo. ( )