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Reseñas

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Segunda novela de la trilogía que Samuel Beckett (1906-1989) escribiera después de la Segunda Guerra Mundial y que abre “Mohillo” y cierra “El innombrable”, publicadas también en esta colección, “Malone muere” mantiene en la indistinción hombres y objetos, subjetividad y exterioridad. En un universo en el que no cabe adivinar las tendencias ni descubrir el sentido no hay pecado, pero tampoco salvación: sólo queda la desesperación cósmica, el horror frente a la existencia, la imposibilidad de superar la soledad. Y ese mundo de impotencia e ignorancia se halla poblado tan sólo de caracteres inmóviles y desnudos que reconocen su existencia, atrapada en un cuerpo en ruinas, mediante el monólogo de la conciencia, cuyos confusos pensamientos y borrosas imágenes se traducen en palabras que, de forma extrañamente caleidoscópica, tratan sin esperanza de fijar la cronología y la identidad de una realidad que se les escapa.
 
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Natt90 | 16 reseñas más. | Mar 30, 2023 |
Con El innombrable se cierra la gran trilogía iniciada con "Mohillo" y continuada con "Malone muere" -ambas publicadas asimismo en esta colección-, punto culminante del largo proceso de desintegración y pérdida del yo a través del cual los personajes de Samuel Beckett (1906-1989) quedan reducidos al discurso inconexo de una conciencia separada del mundo exterior y disociada incluso de su propia base corporal. Alegoría grotesca y patética de la impotencia humana, el ente anónimo, paralítico e informe que monologa de manera obsesiva a lo largo de las páginas de la novela arrastra una existencia puramente vegetativa, condenado por siempre a escuchar el resonar incesante de su propia voz. Nadie ha logrado expresar con tanta fuerza -señala Frederich R. Kari en las páginas que sirven de prólogo a esta edición- la desesperación de una época que pone en duda no sólo ya el sentido de la existencia, sino incluso su misma realidad.
Con El innombrable se cierra la gran trilogía iniciada con "Mohillo" y continuada con "Malone muere" punto culminante del largo proceso de desintegración y pérdida del yo a través del cual los personajes de Samuel Beckett (1906-1989) quedan reducidos al discurso inconexo de una conciencia separada del mundo exterior y disociada incluso de su propia base corporal. Alegoría grotesca y patética de la impotencia humana, el ente anónimo, paralítico e informe que monologa de manera obsesiva a lo largo de las páginas de la novela arrastra una existencia puramente vegetativa, condenado por siempre a escuchar el resonar incesante de su propia voz. Nadie ha logrado expresar con tanta fuerza -señala Frederich R. Kari en las páginas que sirven de prólogo a esta edición- la desesperación de una época que pone en duda no sólo ya el sentido de la existencia, sino incluso su misma realidad.
 
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ferperezm | 9 reseñas más. | Feb 10, 2023 |
Alguien, o algo, monologa consigo mismo. Parece estar completamente inmóvil, aunque parece que ve (no puede mover los ojos, pero ve lo que pasa ante ellos, suponiendo que tenga ojos) y hasta que oye, pero él mismo duda de que eso sea verdad y no una ilusión. Puede que tenga extremidades, pero otras veces dice ser una simple cabeza ahuevada pegada a un tronco indefinido. Nos cuenta historias que podrían ser autobiográficas, o vidas de otros (de personajes que han aparecido en otras novelas de Beckett) o simples cuentos o ensoñaciones. No sabemos si "pasa" algo o no pasa nada. Podría decirse que "el Innombrable" "está ahí" pero él diría que no está claro qué significa "estar" y qué significa "ahí". No hace falta que diga yo ahora que es un texto que no te deja indiferente.½
 
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caflores | 9 reseñas más. | Jul 31, 2022 |
Waiting for Godot (Spanish Edition). PREMIO NOBEL.
Cuando en 1953 se estrenó en París Esperando a Godot, casi nadie sabía quien era Samuel Beckett, salvo, quizá, los que ya lo conocían como ex secretario de otro irlandés, no menos genial, James Joyce. Por aquellas fechas, Beckett tenía escrita ya gran parte de su obra literaria; sin embargo, para muchos, pasó a ser «el autor de Esperando a Godot». Se dice que, desde aquella primera puesta en escena -que, realizada por el gran Roger Blin, causó estupefacción y obtuvo tanto éxito- hasta nuestros días, no ha habido año en que, en algún lugar de nuestro planeta, no se haya representado Esperando a Godot. ¡Más de cuarenta años en los escenarios del mundo! El propio Beckett comentó en cierta ocasión, poco depués de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1969, que Esperando a Godot era una obra «horriblemente cómica». Sí, todo lo horriblemente cómica que puede resultar, a fin de cuentas, la angustiosa situación límite de dos seres cuya vida y grotesca solidaridad se forjan el la absurda y vana espera de ese quién sabe qué (o quién) al que llaman Godot
 
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inmalitia | 160 reseñas más. | Oct 31, 2021 |
Con el corazón en la mano diré que no había visto ninguna reseña ni crítica recientemente antes de leer el texto, y que, durante la lectura, la interpretación religiosa (Godot es Dios, al que se le espera sin que llegue a venir nunca, pero anunciado todos los días) es la que me ha venido a la mente una y otra vez. Y resulta que, como he comprobado después, es la explicación más clásica, aunque el propio Bckett la desautorizó, lo que tampoco es un argumento definitivo. En todo caso, durante la espera pasan cosas, a veces indignantes (el trato de Pozzo a su esclavo imbécil irónicamente llamado Lucky), a veces tiernas (los protagonistas se pelean y se reconcilian varias veces) y no pocas veces cómicas (la escena de los rápidos intercambios de sombreros fue utilizada por el cine para asegurar las risas). A veces no pasa nada y hay abundantes y largos silencios. Me han atraído también las repeticiones de diálogos ("Vámonos / No podemos / ¿Por qué? / Porque esperamos a Godot"; esto se repite tres o cuatro veces) y de gestos, como mirar dentro de los sombreros o de los zapatos. No sé si habría que buscarle un sentido a todo. Creo que algunos momentos son simples patochadas, pero otras veces da que pensar. No me parece que sea tan absurdo.
 
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caflores | 160 reseñas más. | Sep 11, 2021 |
Les millors obres de la literatura universaldel segleXX
 
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isabelalberti | 22 reseñas más. | Mar 16, 2021 |
La obra está dividida en dos actos. La trama trata de Vladimir (también llamado "Didi") y Estragon (también llamado "Gogo"), quienes llegan a un lugar junto a un camino, al lado de un árbol, para esperar la llegada de Godot. Vladimir y Estragon parecen ser vagabundos: su ropa es andrajosa y no les viene bien; otra teoría es que podrían ser refugiados o soldados desplazados de un conflicto, como la Segunda Guerra Mundial, que acababa de terminar y que inspiró mucho la dramaturgia de Beckett. Pasan el tiempo conversando y a veces discutiendo.
Estragon se queja de que las botas no le vienen, y Vladimir presume de piernas agarrotadas debido a un doloroso problema de vejiga. Hacen vagas alusiones sobre la naturaleza de sus circunstancias, y sobre las razones para encontrarse con Godot (pero el público nunca llega a saber quién es Godot o por qué es tan importante). Pronto les interrumpe la llegada de Pozzo, un hombre cruel pero lírico que afirma ser el dueño de la tierra donde se encuentran, junto con su criado Lucky, a quien parece controlar por medio de una larga cuerda. Pozzo se sienta para darse un festín de pollo, y más tarde tira los huesos a los dos vagabundos.
Los entretiene haciendo a Lucky bailar animadamente, y entonces les da un sermón improvisado sobre las teorías de George Berkeley. Tras la partida de Pozzo y Lucky, un niño llega con un mensaje de Godot: "aparentemente, no vendrá hoy, pero vendrá mañana por la tarde". El muchacho también confiesa que Godot pega a su hermano y que él y su hermano duermen en la buhardilla de un granero.
El segundo acto sigue un patrón similar al del primero, pero cuando Pozzo y Lucky llegan, Pozzo se ha vuelto inexplicablemente ciego, y Lucky, mudo. De nuevo el chico llega para anunciar que Godot no vendrá, si bien el muchacho afirma no ser el mismo niño que el día anterior había traído el mismo mensaje.
 
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BibliotecaUNED | Mar 26, 2019 |
Con el innombrable se cierra la gran trilogía iniciada con Mallory y continuada con Malone muerto, punto culminante del largo proceso de desintegración y pérdida del yo a través del cual los personajes de Samuel Beckett quedan reducidos al discurso inconexo de una conciencia separada del mundo exterior y disociada incluso de su propia base corporal.
 
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BibliotecaUNED | 9 reseñas más. | Mar 26, 2019 |
Esperaba mucho más de esta obra. Reconozco sus virtudes, lo original de su planteamiento, con un escenario tan simple y simbólico y tan pocos personajes, pero su lectura se hace reiterativa y, al final, uno tiene la sensación de que casi toda la obra se podría reducir a una sola escena genial que tendría la misma efectividad dramática de todo el conjunto: dos personajes vacíos, desarrapados social y sentimentalmente, esperan junto a un árbol, al caer la noche, algo que dé sentido a sus vidas y que intuyen que no llegará. Y así un día y otro. Al hilo de la espera absurda de Vladimir y Estragón, los dos personajes principales, van apareciendo, de modo soterrado, algunos de los temas obsesivos del siglo XX: la imposibilidad de comunicación, la soledad, la necesidad de los otros, la opresión, el miedo a la nada, la búsqueda inútil de la felicidad (vidas perras arrastradas por el fango, como dice Estragón), la vida como sueño, el hablar sin decir nada. Como metáfora del mundo contemporáneo me parece impresionante, pero el desarrollo es demasiado reiterativo. Ya sé que intenta reflejar, con un lenguaje vacío y novedoso, esa idea de ciclo que se repite sin llevar a ningún sitio, pero hay algo que no me acaba de convencer del todo. Seguro que una buena representación me haría descubrir valores que su lectura no me ha mostrado. En cualquier caso, me parece una lectura imprescindible para quien esté interesado en conocer el teatro contemporáneo. Repito que la idea de la obra (quizá un solo acto) me parece genial. Dura, desolada, simbólica, llena de significados. Prescindible si te han dicho que es graciosa y buscas humor basado en el absurdo.
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Chimista | 160 reseñas más. | Aug 28, 2011 |
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