Barco de vapor, literatura juvenil

Los libros de Laura Gallego me sorprenden bastante. Presentan un argumento típico y explotado a rabiar dentro del género de aventura y fantasía pero, de alguna forma, consiguen enganchar gracias a su lenguaje tan ameno y al dinamismo de la historia,

En este caso, somos testigos de la aventura de Michel y Mattius, un monje y un juglar, respectivamente, cuya misión será librar al mundo de su destrucción debido a la inminente llegada del nuevo milenio. Durante su viaje, se encontrarán personajes y situaciones, como todos los libros de este tipo, que harán a los personajes llegar a su objetivo.

Como he mencionado antes, los clichés están por doquier: relaciones amorosas; malos malosos que pretenden oponerse a los héroes; momentos súper fortuitos que, a pesar de que la autora los gestiona lo suficientemente bien como para maquillarlos y no dar la sensación de que son actos oportunistas para conducir la historia hacia donde ella quiere, en ocasiones no me terminan de cuajar; el poder de la amistad, justificada, eso sí. Y, pese a ello y a mi condición escrupulosa sobre este tipo de prácticas, sabe llevar tanto los personajes como la historia de una forma correcta. No destacada en nada en particular ni tampoco tiene defectos tan graves que hundan sus virtudes.

Como he mencionado anteriormente, se sostiene de forma decente a pesar de sus prácticas recurrentes del género y de la novela juvenil. He de añadir que su final me hizo soltar unas cuantas lágrimas debido a su enfoque. Es decir, me sorprende que me emocionase porque es un concepto trillado y optimista que repugno (por lo general), pero se enfoca de una forma tan natural, tan de Michel, que no me parece que sea algo forzado. Siento que, genuinamente, esa sería la decisión que haría Michel. Incluso se exponen los pros y contras de su decisión de forma razonada, por lo que ni siquiera creo que se pretenda manipular al lector.

Sorprendente resultado, sin duda. Bastante en la línea de la autora, con su línea fantástica y su dúo de protagonistas, pero que cumple una vez más con su cometido. ( )

Michel, un monje cluniacense decide embarcarse en una misión imposible. según las revelaciones del ermitaño bernardo de Turingia, el fin del mundo se acerca y solo habia una manera de salvar a la humanidad. ( )

Francia, año novecientos noventa y siete d.C. Según las revelaciones del ermitaño Bernardo de Turingia, el mundo acabará en el año mil y solo hay una manera de salvar a la humanidad: invocar al Espíritu del tiempo. Michel, un joven monje de la orden de Cluny, decide afrontar esa difícil misión, para ello debe recuperar los tres ejes sobre los que se sustenta la Rueda del tiempo: el eje del pasado, el del presente y el del futuro. El monje emprende un viaje en búsqueda de los ejes acompañado por un juglar, Mattius; con él aprenderá a conocer el mundo y a valerse por sí mismo. A esta extraña búsqueda se les unirán más personas: Lucía, una joven, que desea ser juglaresa y varios compañeros de profesión de Mattius. Los peligros que entraña este viaje son grandes...

Finis Mundi cuenta la historia de Mattius y Michel, un joven monje de catorce años que descubre en su monasterio unos pergaminos que profetizan la llegada del fin del mundo para el año 1000. Estamos en el año 997 y la única manera de evitar la catástrofe es reunir tres amuletos mágicos, los tres Ejes del Tiempo, repartidos por toda Europa. Por suerte lo acompañará Mattius, un juglar aventurero y su perro Sirius. ( )