Totalmente en su estilo introspectivo e irreverente, Chester Brown entra de nuevo en el tema de la prostitución y lo examina a la luz de algunos pasajes polémicos de la Biblia. Pone de su parte lo mínimo para dar estructura a una narrativa frecuentemente adulterada por el paso de los siglos y la labor de los exégetas, pero se basa en un amplio y riguroso estudio del análisis investigador de especialistas en el canon. Una tercera parte del libro lo conforman notas y explicaciones sobre los distintos pasajes y personajes que aparecen en el Antiguo Testamento y los Evangelios, y que Brown selecciona para poner de relieve su interpretación de la narrativa. El autor se confiesa cristiano, seguidor dice "de una versión del cristianismo que no busca imponer valores morales". En este sentido, su lectura de Rahab y Rut, su desarrollo de las parábolas de los talentos y del hijo pródigo, la presentación de María madre de Jesús y la historia de Job --entre otras referencias bíblicas-- son ejemplos apasionantes de un enfoque arriesgado y valiente que, una vez más, pone de relieve el enorme poder de la pictoliteratura para tratar temas profundos, delicados y muy personales.

La publicación de la obra, por Ediciones La Cúpula, y traducida por Lorenzo Díaz, ha recibido el apoyo del Canada Council for the Arts para la traducción.

Es de destacar la impresionante labor de rotulación a cargo de Iris Bernárdez ( )