Agustín Ramón Rodríguez González

Muchos historiadores, novelas de fondo histórico y el cine, han descrito normalmente la Historia Naval española como una serie continua de derrotas, cuando no de desastres. Esta es la muy interesada y parcial visión del mundo anglosajón, justamente nuestro tradicional enemigo en los mares, que obviamente, tiende a divulgar sus propios logros y a oscurecer los ajenos. Tan hondo ha calado ese bombardeo, que muchos españoles han llegado a creerlo. Pero esta difundida visión contrasta fuertemente con el rotundo hecho de que fueron los españoles los que crearon el primer imperio oceánico de la Historia, el más grande conocido hasta entonces, y lo mantuvieron en su poder durante cuatro largos siglos. Lo definitivo es que, salvo en muy contadas excepciones, ese imperio se perdió no porque pasara a manos de otras potencias, como sucedió con otros, sino por los deseos de emancipación de sus habitantes. Indudablemente, los españoles debieron vencer en muchas ocasiones en las luchas por mar para que esto fuera así, aunque se haya prácticamente olvidado. Nuestra pretensión es recordar algunas de estas victorias, las más meritorias, significativas y las menos conocidas.… (más)

Biografía de Álvaro de Bazán, posiblemente el mejor almirante del reinado de Felipe II y uno de los mejores almirantes de la historia naval de España.

Es una biografía muy completa, que pasa por los orígenes familiares de quién sería el I Marqués de Santa Cruz, la situación geo-política de los frentes navales del Mediterráneo, el Atlántico y el Cantábrico en el cual participaría Álvaro de Bazán, los modelos de navíos y galeras de su época, y las batallas de Lepanto y las Islas Terceiras.

En general, es una biografía muy recomendada para cualquiera que quiera conocer algo sobre los grandes militares de la historia de España y sobre este gran almirante en particular.… (más)

La campaña del Pacífico, de 1862 a 1871, ha desaparecido en buena medida de la memoria histórica de los españoles, sepultada, tal vez, entre los múltiples acontecimientos de nuestro convulso siglo XIX, y especialmente por los ocurridos en 1898, con los que a veces algunos la confunden, aunque no puedan ofrecerse situaciones más distintas en todos los sentidos. Sin embargo, pocas veces habrá suscitado tanto entusiasmo la Armada en la sociedad española como entonces, y desde ideologías opuestas.

Que la victoria quedara un tanto empañada por ser obtenida en lucha contra naciones hermanas no debe hacernos olvidar que se trató de la más seria campaña naval en que se vio envuelta España desde la emancipación americana hasta la de 1898, y que sus consecuencias y derivaciones sobrepasaron en mucho el ámbito de las ya amplias aguas y territorios en que se desarrolló, cuestión pocas veces recordada.

El autor, en su estudio de la campaña muestra lecciones que aún hoy son de gran interés: el envío pacífico y por razones de prestigio de una fuerza naval derivó a una peligrosa crisis que ni el gobierno ni los diplomáticos españoles de entonces supieron conducir adecuadamente, debiendo los sucesivos jefes de la escuadra afrontar con mejor o peor fortuna los vaivenes de dicha crisis, tomando decisiones sobre la marcha y con la autoridad y el conocimiento que ofrecen el hallarse en el centro de los acontecimientos.

En un aspecto puramente naval, el interés radica no sólo en las por entonces nuevas armas, como los cañones rayados, torpedos, minas y blindados, sino en el esfuerzo logístico necesario para mantener operativos a buques que operaron a gran distancia y en algún caso por más de cinco años, sin tocar en un puerto o base españoles. Todo ello aparte de las estrategias y tácticas de ambos contendientes con el peligro, bien cercano, de que el escenario de las hostilidades se trasladara al Atlántico, a Cuba, Filipinas o las propias costas peninsulares españolas.

Aunque hoy los grandes avances en comunicaciones, armas navales y logística parecen haber resuelto o paliado algunos de los problemas planteados entonces, en esencia, las cuestiones y soluciones que se dieron entonces siguen siendo hoy de útil reflexión. y ello, especialmente, porque los conflictos que son de esperar ahora, en los albores del siglo XXI, se parecen mucho más a la campaña del Pacífico, que otras que han suscitado mayor atención, por lo que, y salvando las evidentes distancias y diferencias, el estudio de esta campaña puede resultar tan provechoso como aleccionador.
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