Enric Juliana

Enric Juliana, en su estilo habitual, a caballo entre la literatura y el periodismo, nos ofrece una visión del momento actual (febrero de 2012) en el que se encuentra España. Es un libro plagado de metáforas, que se centra en comunicar ideas y impresiones muy afiladas. No es un tratado académico y no le duele pues sacrificar rigor histórico o analítico en aras de hacer llegar mejor el mensaje.

En su interpretación, Juliana cree que el virtud cívica principal que debe desarrollarse en España para asumir y superar su actual situación es la modestia. Una modestia que simboliza el Caballero del Verde Gabán, personaje del Quijote, y que no es exactamente el moderantismo de derechas o el reformismo de izquierdas; sino una especie de pacto "virtuoso" que relegue las ensoñaciones, los delirios de grandeza y el hedonismo desmesurado que simboliza en Don Quijote y Don Juan Tenorio.

Con esta idea de fondo, Juliana repasa algunos episodios de la política española, que le ayudan a dar conclusiones sobre el momento actual. Casi todos tienen que ver con grandes ensoñaciones frustradas. La de Aznar y cómo Mariano Rajoy, que debería encarnar la modestia, se ve superado por la complicada relación entre las dos almas del "partido alfa". La de Zapatero y la de sus herederos.

También se dedica a explicar el fracaso de la integración de las "nacionalidades històricas" de España y el consiguiente auge del independentismo catalán. Lo hace con episodios de la transición, para explicar los acontecimientos que desembocaron en el café para todos, la figura de Pasqual Maragall y Ernest Maragall, indispensables para explicar otro evento que se explica con detalle, el del proceso del Estatut de Catalunya. En clave de actualidad se explica el actual proceso de recentralización. Este capítulo es interesante para que el lector no catalán pueda entender la gravedad del enfado ("emprenyament") catalán.

Repasa también en un capítulo el encaje europeo de todas estas situaciones. Este capítulo a lo mejor se antoja un poco corto. Una de las críticas que se le hace a Juliana es sus análisis seguramente están demasiado centrados en España, un mal del que adolece un gran número de analistas de política española.

Se trata de un libro que complementa muy bien sus habituales crónicas en La Vanguardia, pero en el que se permite una visión de más largo recorrido (desde la transición hasta se concede el lujo de hacer algunos vaticinios, como que el que Cataluña podría tener un estatuto de nación europea subestatal, promovido por Berlín para buscar una solución estable al conflicto catalán) que elimina mucho ruido que caracteriza la opinión política que se puede hacer día a día desde un periódico.

Es un libro escrito con el ánimo de tener la máxima actualidad (al que hay que perdonar algunos pequeños errores o falta de homogeneidad fruto de esta vocación). Por eso mismo es muy recomendable no posponer su lectura, o adolecerá de falta de actualidad, uno de sus valores principales.… (más)