Para Horkheimer y Adorno, la "Ilustración" no es una época histórica, sino una idea, la del dominio de la naturaleza por el ser humano a través de la razón. Por eso, el segundo ensayo de esta pequeña recopilación está dedicado a Ulises, el que consigue vencer a las fuerzas naturales mitificadas a través de su "astucia". Pero, una vez domeñada la naturaleza, la ciencia empieza a servir para la dominación de unos seres humanos por otros. Los autores se fijan en el auge de los fascismos y en el de la cultura de masas para demostrar cómo, efectivamente, hemos llegado a esto. Por eso, la Ilustración es, dialécticamente, a la vez liberadora y tirana. A la Escuela de Frankfurt le importa muy poco la metafísica (aunque hay interesantes alusiones que conectan estas ideas con Heidegger) y mucho la sociedad contemporánea. Desde luego, si la filosofía quiere seguir diciendo algo a nuestro mundo, tiene que pasar por el aro de la sociología, la psicología, la política e incluso las ciencias aplicadas, aunque parezcan menos "puras" que la pura especulación.

El libro no siempre resulta fácil de leer, muchas veces porque alude a situaciones contemporáneas y otras porque sencillamente resulta farragoso. ( )