En la segunda entrega de Ni muerta…, la deslenguada Betsy y su panda de vivos, muertos y “no muertos” vuelven a divertirnos con sus aventuras. Aunque lo que Betsy desea es trabajar por las noches en la zapatería de un gran centro comercial y estar con sus adorados Prada, Jimmy Choo y Manolo Blahnik, acabará ejerciendo de reina de los vampiros forzada por las circunstancias. En el camino surgen poderes que ni ella sabía que poseía, una cuadrilla de caza vampiros con la que establece una relación muy especial, fantasmas huérfanos y no tan huérfanos y traicioneros no muertos, además de más de un encuentro con Eric Sinclair, el maravilloso vampiro que es su rey consorte gracias al pérfido engaño con que acabó la entrega anterior.

Rápido, hilarante, divertido, sensual, sorprendente… este segundo libro de la saga “Ni muerta ni…” no tiene nada que envidiar a la primera entrega. Con un nuevo plantel de personajes la autora consigue una frescura que pensaba iba a perder esta segunda novela. A mi parecer, este segundo libro tiene una trama mucho más definida en la que los personajes se van desarrollando y vas mostrando otras de sus aptitudes. Retomando partes de la primera parte, para que el lector nunca se pierda, te deja con ganas, muchas ganas de más. ¿Por qué Betsy siempre nos abandona dejando tantos interrogantes? Fácil, para seguir devorando sus páginas.

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