El Regreso del Hijo Pródigo-Meditaciones frente a un cuadro de Rembrandt (Editorial PPC, 1a ed., 1999. Título original: The Return of the Prodigal Son, 1992) escrito por el sacerdote holandés Henri Nouwen es un libro único en su género.

Este sacerdote quedó anonadado cuando en 1983 vio por primera vez una réplica del famoso cuadro de Rembrandt del mismo nombre. Desde ese momento, Henri Nouwen comenzó una peregrinación espiritual cuya primera estación fue contemplar el original por largas horas en el museo The State Hermitage en San Petersburgo.

Luego, este sacerdote académico, profesor de Harvard y Yale, comenzó a identificarse con los personajes del cuadro inspirado en la parábola de Lucas. Primero el hijo pródigo, luego el resentido hermano mayor y finalmente el padre misericordioso.

Dejando todo pudor de lado, el autor nos abre su alma y nos cuenta con lujo de detalle su itinerario espiritual, sin ocultar sus bajezas y resentimientos interiores acumulados a lo largo de una vida que, a juzgar por sus espectadores externos, era una vida de oración, entrega al prójimo y excelencia académica.

Es una introspección sanadora, optimista y llena de fe. Y siempre conduce donde mismo: el encuentro con la misericordia infinita de Dios Padre. Una misericordia que no solo experimenta en primera persona sino que se siente llamado a entregarla a los demás.

El libro, además, fue compuesto tras un acabado estudio tanto de la vida del artista como de las interpretaciones bíblicas a la parábola del hijo pródigo. El lector que quiera ahondar en cualquiera de estos dos temas, encontrará referencias bibliográficas de alta valía.

Como lector, es imposible permanecer como un simple espectador de la evolución espiritual del autor y uno se siente reflejado en muchas oportunidades. Mal que mal, la parábola del hijo pródigo refleja a la humanidad. Y la sinceridad y candidez con que el autor revela su alma sintoniza con ese cuento milenario e interpela nuestra existencia.

Quienes puedan leerlo en inglés, háganlo. Yo contaba en mi casa sólo con esta traducción al español, que me pareció a veces poco prolija.

Santiago ( )

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