El autor declara nada más empezar que es economista y culé. Y a fe que eso lo confirma durante el resto del libro. Aunque pretende escribir para el gran público, no puede evitar la jerga técnica, que básicamente consiste en darle nombres alambicados a conceptos bastante sencillos. Y, cuando hay que ilustrarlo con algún ejemplo (los utiliza con profusión), la mayoría proceden de la historia del F.C. Barcelona, el equipo de sus amores. Pero no se piense con esto que el libro está mal, al contrario, está bastante bien. No es para caer de espaldas, pero resulta bastante ilustrativo básicamente de lo que va mal. Para el autor, el fútbol moderno es un caso de éxito clarísimo y que revela los límites de la lógica económica y humana por extensión, donde cosas que no debían funcionar (como el monopolio desregulado que es la FIFA) funcionan de miedo, y grandes ideas no resisten una temporada. Afirma que hay cosas que cambiar, como la corrupción, la violencia y el racismo, pero que se pueden cambiar. Al final da algunas recetas que, sin embargo, suenan demasiado a ideas de barra de bar, aunque seguramente no lo sean. En fin, que, como pasa muchas veces, es más fácil señalar defectos que proponer buenas ideas, incluso aunque al final no funcionen. ( )