La exposición se centra en un periodo crítico en la relación entre hombres y animales: entre 1750 y 1900, el legado filosófico de la Ilustración, los ingenios mecánicos de la Revolución Industrial, y la revolución intelectual subsiguiente a las teorías de Darwin, socavaron el concepto de los animales como seres diferentes de los hombres desde el punto de vista físico, mental y divino. Las obras expuestas muestran cómo pintores, escultores, ilustradores y ceramistas asumen las transformaciones contemporáneas en la percepción de los animales, incorporando en sus trabajos los últimos decubrimientos de las exploraciones geográficas y de la anatomía comparada, los avances en geología y el nacimiento de la paleontología, el entusiasmo de los naturalistas, y el impacto de la teoría de la evolución, hechos que testimonian la incorporación al reino animal de un nuevo miembro, el homo sapiens, y la visión de los animales como algo inseparable de la percepción de nosotros mismos.