Impresionante. Del París medieval apenas quedan algunos vestigios sueltos, pero los investigadores han sido capaces de reconstruir no sólo su viario, sino su parcelario prácticamente completo. Los mapas en los que abunda este libro (por cierto, no sólo magníficos, sino también muy oportunamente colocados, acompañando al texto, lo que revela una edición muy cuidada) señalan con precisión catastral por dónde pasaba cada muro, cada linde, por debajo del viario actual, con el que nada tiene que ver. Sencillamente, me ha dejado boquiabierto. A partir de aquí, los detalles sobre dónde se situaban todos y cada uno de los edificios que eran algo en el París medieval, y cómo vivían los que los ocupaban, parece coser y cantar, aunque no lo sea, desde luego. Este libro vale por todo un curso de geografía histórica. Por estos lares no tenemos nada que remotamente se le parezca. Ahora me explico yo de dónde sale gente como Passini, haciendo lo que a mi siempre me hubiera gustado hacer: de una escuela de historiadores acostumbrados a entender el territorio como parte de la historia, y que no se detiene ante las supuestas debilidades de las fuentes. Aunque, en honor a la verdad, todo parece indicar que las fuentes, en este caso, deben ser excepcionales.

El libro lo compré en la librería de los Museos Municipales de París, a modo de recuerdo. En su momento, me pareció un poco caro, pero la verdad es que son unos de los 50 euros mejor gastados de mi vida. Magnífico. ( )