Paul Lafargue (1842–1911)
Autor de El derecho a la pereza
Sobre El Autor
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Obras de Paul Lafargue
Het recht op luiheid ; gevolgd door De godsdienst van het kapitaal ; en Pius IX in de Hemel 3 copias
El derecho de la pereza / The Right to Be Lazy: El mito de Prometeo / El ideal socialista / The Myth of Prometheus /… (2015) 3 copias
Литературно-критические статьи 2 copias
The Evolution of Property 1 copia
O direito à preguiça 1 copia
O direito à preguiça 1 copia
A Religião do Capital 1 copia
Rt̃ten till lt̃tja 1 copia
Rétturinn til letinnar 1 copia
Το δικαίωμα στην… 1 copia
Textes choisis 1 copia
Izbor iz djela 1 copia
Tembellik Hakkı 1 copia
The sale of an appetite 1 copia
Karl Marx: The Man 1 copia
The Legend of Victor Hugo 1 copia
Počeci romantizma 1 copia
Buržoaski sentimentalizam 1 copia
Pisma wybrane 1 copia
Pisma wybrane T 2 1 copia
Obras relacionadas
Etiquetado
Conocimiento común
- Nombre canónico
- Paul Lafargue
- Fecha de nacimiento
- 1842-06-16
- Fecha de fallecimiento
- 1911-11-26
- Lugar de sepultura
- Pere Lachaise Cemetery, Paris, France
- Género
- male
- Nacionalidad
- France
- País (para mapa)
- France
- Lugar de nacimiento
- Santiago de Cuba, Cuba
- Lugar de fallecimiento
- Draveil, France
- Causa de fallecimiento
- suicide
- Lugares de residencia
- France
England
Spain
Cuba, Spanish Province (birthplace) - Relaciones
- Lafargue, Laura Marx (spouse)
Marx, Karl (father-in-law)
Longuet, Jean (nephew) - Organizaciones
- French Workers' Party (Parti Ouvrier Français aka POF)
Miembros
Reseñas
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Estadísticas
- Obras
- 60
- También por
- 1
- Miembros
- 630
- Popularidad
- #39,984
- Valoración
- 3.6
- Reseñas
- 12
- ISBNs
- 125
- Idiomas
- 13
Mientras luchaba contra la nobleza, sostenida por el clero, la burguesía enarbolaba el libre examen y el ateísmo; pero, una vez triunfante, cambió de tono y de conducta; y hoy pretende apuntalar con la religión su supremacía económica y política. En los siglos XV y XVI, había retomado alegremente la tradición pagana y glorificaba la carne y sus pasiones, reprobadas por el cristianismo; en nuestros días, saciada de bienes y de placeres, reniega de las enseñanzas de sus pensadores -los Rabelais, los Diderot- y predica la abstinencia a los asalariados. La moral capitalista, lastimosa parodia de la moral cristiana, anatemiza la carne del trabajador; su ideal es reducir al productor al mínimo de las necesidades, suprimir sus placeres y sus pasiones y condenarlo al rol de máquina que produce trabajo sin tregua ni piedad.
Los socialistas revolucionarios deben recomenzar el combate que han librado en otro tiempo los filósofos y los panfletarios de la burguesía; deben embestir contra la moral y las teorías socia les del capita lismo; deben desterrar de las cabezas de la clase llamada a la acción, los prejuicios sembrados por la clase domi nante; deben proclamar, ante los hipócritas de todas las mora les, que la tierra dejará de ser el valle de lágrimas del trabaja dor; que, en la sociedad comunista del porvenir, que cons truiremos "pacíficamen te si es posible, y si no violentamente", se dará rienda suelta a las pasiones de los hombres; y ya que "todas son buenas por natu ra leza, nosotros sólo tenemos que limitarnos a evitar su mal uso y su exceso"[1]. Estos serán evitados por su mutuo equilibrio, por el desarrollo armónico del orga nismo humano, pues, como dice el Dr. Beddoe, "una raza alcanza su más alto punto de energía y de vigor moral en el momento en que alcan za su máximo desarrollo físico". Tal era también la opi nión del gran naturalis ta Charles Darwin[2].
La refutación del Derecho al Trabajo, que reedito con algunas nadicionales, fue publicada en el semanario L'Égalité, segun da serie, 1880.
P.L.
Prisión de Sainte-Pélagie, 1883.… (más)