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Demosthenes

Autor de Sobre la corona

362 Obras 1,851 Miembros 21 Reseñas 2 Preferidas

Sobre El Autor

Demosthenes, the orator, is said to have had to conquer an originally ineffective vocal delivery. After years of private law practice, he delivered the first of his three Philippics against Philip of Macedon in 351 B.C. He saw danger to Athens in the tyrannical expansion of the Macedonian state, mostrar más but his passionate and compelling exhortations did not save the Greeks from defeat at Chaeronea in 338 B.C. Exiled in 324 B.C., he was recalled after the death of Alexander the Great in 323 B.C. Again, he tried to organize the Greek resistance but failed and was forced to flee when Athens was taken. He took poison to avoid capture. His speeches are characterized by deep sincerity, prodigious power of verbal suggestion, and intricate structure. (Bowker Author Biography) mostrar menos
Créditos de la imagen: Bust of the Greek orator Demosthenes. Marble, Roman artwork, inspired from a bronze statue by Polyeuctos (ca. 280 BC). Found in Italy. Louvre Museum, Department of Greek, Etruscan and Roman Antiquities, Sully, ground floor, room 17.

Series

Obras de Demosthenes

Sobre la corona (1893) — Autor — 149 copias
Selected speeches (2014) 37 copias
Demosthenis Orationes (1938) 22 copias
Speeches 50-59 (2003) 16 copias
Speeches 20-22 (2008) 14 copias
Speech Against Meidias (1979) 10 copias
Discursos políticos (1929) 8 copias
Speeches 39-49 (2011) 8 copias
Tre politiska tal (1973) 7 copias
Plaidoyers Politiques (2002) 7 copias
Discursos II (2007) 7 copias
DISCURSOS (SC280) (1991) 6 copias
Orationes 5 copias
Discursos privados II (1983) 5 copias
Arengues (1932) 4 copias
Discursos políticos I (1993) 4 copias
Discursos privados I (1983) 4 copias
Discorsi e lettere (2/1) (2000) 4 copias
Discursos políticos III (1985) 4 copias
Tegen Neaira (1999) 4 copias
Discursos privados (1983) 3 copias
Discursos políticos (1996) 3 copias
Las cuatro Filípicas (2016) 3 copias
Arengues 3 copias
Antología de discursos (1967) 3 copias
La prima olintiaca (1982) 2 copias
Речи (1994) 2 copias
Discorsi e lettere (2/2) (2000) 2 copias
Politische Reden (1986) 2 copias
Discursos políticos II (1985) 2 copias
Wybór mów (1991) 2 copias
Three private speeches (1927) 2 copias
1: Discorsi all'assemblea (1991) 2 copias
Söylevler (2001) 2 copias
Discursos (2015) 2 copias
Discursos escogidos (1978) 2 copias
Harangues II 2 copias
Filipicas (2011) 2 copias
Por la corona 1 copia
Filippiche Olintiache (1993) 1 copia
Le orazioni 1 copia
Orazioni 1 copia
Harrangues 1 copia
Discursos civils (1989) 1 copia
Discursos II (2005) 1 copia
Discursos (1979) 1 copia
Arengues, I 1 copia
DISCURSOS POLÍTICS I (1985) 1 copia
Discursos políticos II (1985) 1 copia
Wybór mów 1 copia
Las filipicas (1963) 1 copia
Discursos II 1 copia
Discuros I 1 copia
DISCURSOS POLÍTICS II (1985) 1 copia
DISCURSOS CIVILS IV (1993) 1 copia
DISCURSOS CIVILS V (1989) 1 copia
DISCURSOS IV (1986) 1 copia
DISCURSOS POLÍTICS VII (1988) 1 copia
DISCURSOS CIVILS I (1989) 1 copia
DISCURSOS CIVILS II (1990) 1 copia
DISCURSOS POLÍTICS V (1986) 1 copia
DISCURSOS POLÍTICS III (1985) 1 copia
In Cononen 1 copia
The Embassy 1 copia
Orationes, I 1 copia
Orationes, II 1 copia
Söylevler 1 copia
Opera 1 copia
Discours (2023) 1 copia
Prologues (1745) 1 copia
Mowy 1 copia

Etiquetado

Conocimiento común

Nombre canónico
Demóstenes
Nombre legal
Δημοσθένης Δημοσθένου Αττικός
Fecha de nacimiento
0384 [BCE]
Fecha de fallecimiento
0322 [BCE]
Género
male
Nacionalidad
Ancient Greece
País (para mapa)
Ancient Greece
Lugar de nacimiento
Athens
Lugar de fallecimiento
Island of Kalaureia (present day Poros)
Lugares de residencia
Athens, Greece
Educación
Student of Isocrates and/or Plato, + Isaeus for Rhetoric
Ocupaciones
speech-writer, lawyer, orator

Miembros

Reseñas

DISCURSOS PRIVADOS (volum II) - DEMOSTENES

50 páginas

Demóstenes (Atenas, 384 a.C.-Calauria, 322 a.C.) es uno de los grandes oradores de todos los tiempos (Cicerón escribió que era «el orador perfecto») y estuvo intensamente implicado en la política ateniense y griega. Vivió en el siglo IV a.C., tiempo de gran agitación política, de declive de la ciudad-estado ática y de creciente hegemonía macedonia, a la que se opuso con toda su energía y capacidad intelectual. La importancia de la oratoria en su tiempo era enorme, puesto que en la justicia ateniense lo decisivo era la habilidad de acusador y demandado en la presentación del caso (en Grecia era la parte, no su abogado o logógrafo, quien hablaba ante el jurado, si bien de costumbre su parlamento consistía en un discurso que le había escrito el segundo). Demóstenes brilló como nadie en este campo.
Tras sus estudios de retórica, en los que se familiarizó con los oradores anteriores y sus recursos lingüísticos y argumentativos, así como con los del historiador Tucídides, Demóstenes trabajó un tiempo como logógrafo, componiendo los llamados discursos privados, o forenses, de los que la tradición ha conservado muchos: más de cuarenta, si bien una docena parece de otros autores. En este ámbito, sus discursos más famosos son los que afectan a asuntos personales del autor y los que discuten la herencia y la suerte de la familia del banquero Pasión. En cuanto cumplió la mayoría de edad presentó una demanda contra sus tutores, que habían dilapidado el patrimonio familiar de su difunto padre, miembro de la clase mercantil enriquecido con el comercio de las armas, y que le había legado al morir (teniendo siete años) sus bienes en fideicomiso. Contra ellos pronunció cinco discursos: tres contra Afobos y dos contra Ontenor, y logró recuperar una parte de su herencia. Demóstenes se dedicó después a redactar discursos para su utilización en pleitos privados de terceras personas, y tuvo mucho éxito en su profesión.
Los últimos discursos privados de Demóstenes anuncian ya su creciente interés por los asuntos públicos: Contra Androcio y Contra Leptino atacan a individuos que pretendían eliminar unas exenciones de impuestos. En Contra Timócrates y Contra Aristócrates denuncian situaciones de corrupción.
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FundacionRosacruz | otra reseña | Feb 1, 2018 |
DISCURSOS POLÍTICOS

2 páginas

Demóstenes (Atenas, 384 a.C.-Calauria, 322 a.C.) es uno de los grandes oradores de todos los tiempos (Cicerón escribió que era «el orador perfecto») y estuvo intensamente implicado en la política ateniense y griega. Vivió en el siglo IV a.C., tiempo de gran agitación política, de declive de la ciudad-estado ática y de creciente hegemonía macedonia, a la que se opuso con toda su energía y capacidad intelectual.
Tras sus estudios de retórica, en los que se familiarizó con los oradores anteriores y sus recursos lingüísticos y argumentativos, así como con los del historiador Tucídides, Demóstenes trabajó un tiempo como logógrafo, o abogado en casos particulares, componiendo los llamados discursos privados, o forenses, de los que la tradición ha conservado muchos: más de cuarenta, si bien más de una docena parecen de otros autores. En este ámbito, sus discursos más famosos son los que afectan a asuntos personales del autor y los que discuten la herencia y la suerte de la familia del banquero Pasión.
No tardó, sin embargo, en interesarse por la actividad política: en 354 a.C. ya pronunció sus primeros discursos en público en este ámbito, y dedicó años a oponerse a la expansión de Macedonia y su rey Filipo II. Demóstenes, que conservaba el ideal de Atenas desde la lectura de Tucídides y quería preservar la libertad de la ciudad, trató de pactar con Filipo que no atacara Grecia. El orador fue decisivo para que Atenas y Tebas tomaran armas contra Alejandro Magno en la batalla de Queronea, en la que cayeron ante el conquistador macedonio. Demóstenes se suicidó antes de que los soldados del sucesor de Alejandro, Antípatro, pudieran acabar con su vida.
Sus mayores empeños fueron restablecer el espíritu público en Atenas y conservar la cultura griega ante la crisis de la ciudad-estado. Entre sus discursos políticos cabe mencionar, los iniciales de confrontación con Eubulo, el político más poderoso en la Atenas del momento. Después se centró por completo en la política exterior ateniense, en relación con Filipo II de Macedonia, al que veía como gran amenaza para todas las ciudades griegas. Contra él escribiría, a lo largo de muchos años, cuatro Filípicas, en las que exhortaba a sus conciudadanos a enfrentarse a él para proteger la independencia de Atenas. A raíz de la conquista de Olinto, ciudad de la Calcídica, por Filipo II, Demóstenes escribió las tres Olínticas, en las que reclamó que los atenienses apoyaran a su aliado, pero esta ayuda militar fue en vano.
Demóstenes participó en una embajada para firmar un acuerdo con Filipo, y se mostró partidario de contemporizar con el macedonio, desde una perspectiva posibilista, reconociendo sus conquistas en la Hélade a cambio de evitar otras posteriores (razona su postura en Sobre la paz). En la Segunda y la Tercera Filípicas (considerada su mejor discurso), escritas a raíz del incumplimiento de la contención expansionista, Demóstenes se volvió resueltamente contra Filipo. Pero la mayoría de griegos veían en éste un garante de su seguridad. Abundó en esta línea en Sobre el Quersoneso. Demóstenes tomó el control de la política ateniense y se convirtió en el líder político más influyente de Atenas. La Cuarta Filípica es una declaración de guerra que condujo a una nueva derrota griega frente los macedonios: la de Queronea, aunque sirvió para demorar la conquista macedonia de parte de Grecia y de Bizancio. Demóstenes pronunció el discurso fúnebre por los atenienses muertos en la batalla. En Sobre la Corona, su discurso más famoso, escrito tras la muerte de Filipo y de su sucesión por su primogénito, Alejandro Magno, Demóstenes deplora la paz pactada con Macedonia y sus efectos, al tiempo que defiende su propia trayectoria política en favor de Atenas, frente al partido promacedonio de Esquines.
La fama de Demóstenes perduró a través de los siglos. Los filólogos de la Biblioteca de Alejandría editaron los manuscritos de sus discursos, y los estudiantes de Roma los leyeron para formarse en retórica. En su honor, Cicerón tituló Filípicas sus discursos contra Marco Antonio. En la Edad Media y el Renacimiento fue el más leído de los oradores antiguos, y al cabo de los siglos influyó a los oradores de la Revolución Francesa y a los partidarios de la Constitución de los Estados Unidos.
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FundacionRosacruz | otra reseña | Jan 31, 2018 |
DISCURSOS II- DEMOSTENES

Demóstenes (Atenas, 384 a.C.-Calauria, 322 a.C.) es uno de los grandes oradores de todos los tiempos (Cicerón escribió que era «el orador perfecto») y estuvo intensamente implicado en la política ateniense y griega. Vivió en el siglo IV a.C., tiempo de gran agitación política, de declive de la ciudad-estado ática y de creciente hegemonía macedonia, a la que se opuso con toda su energía y capacidad intelectual.
Tras sus estudios de retórica, en los que se familiarizó con los oradores anteriores y sus recursos lingüísticos y argumentativos, así como con los del historiador Tucídides, Demóstenes trabajó un tiempo como logógrafo, o abogado en casos particulares, componiendo los llamados discursos privados, o forenses, de los que la tradición ha conservado muchos: más de cuarenta, si bien más de una docena parecen de otros autores. En este ámbito, sus discursos más famosos son los que afectan a asuntos personales del autor y los que discuten la herencia y la suerte de la familia del banquero Pasión.
No tardó, sin embargo, en interesarse por la actividad política: en 354 a.C. ya pronunció sus primeros discursos en público en este ámbito, y dedicó años a oponerse a la expansión de Macedonia y su rey Filipo II. Demóstenes, que conservaba el ideal de Atenas desde la lectura de Tucídides y quería preservar la libertad de la ciudad, trató de pactar con Filipo que no atacara Grecia. El orador fue decisivo para que Atenas y Tebas tomaran armas contra Alejandro Magno en la batalla de Queronea, en la que cayeron ante el conquistador macedonio. Demóstenes se suicidó antes de que los soldados del sucesor de Alejandro, Antípatro, pudieran acabar con su vida.
Sus mayores empeños fueron restablecer el espíritu público en Atenas y conservar la cultura griega ante la crisis de la ciudad-estado. Entre sus discursos políticos cabe mencionar, los iniciales de confrontación con Eubulo, el político más poderoso en la Atenas del momento. Después se centró por completo en la política exterior ateniense, en relación con Filipo II de Macedonia, al que veía como gran amenaza para todas las ciudades griegas. Contra él escribiría, a lo largo de muchos años, cuatro Filípicas, en las que exhortaba a sus conciudadanos a enfrentarse a él para proteger la independencia de Atenas. A raíz de la conquista de Olinto, ciudad de la Calcídica, por Filipo II, Demóstenes escribió las tres Olínticas, en las que reclamó que los atenienses apoyaran a su aliado, pero esta ayuda militar fue en vano.
Demóstenes participó en una embajada para firmar un acuerdo con Filipo, y se mostró partidario de contemporizar con el macedonio, desde una perspectiva posibilista, reconociendo sus conquistas en la Hélade a cambio de evitar otras posteriores (razona su postura en Sobre la paz). En la Segunda y la Tercera Filípicas (considerada su mejor discurso), escritas a raíz del incumplimiento de la contención expansionista, Demóstenes se volvió resueltamente contra Filipo. Pero la mayoría de griegos veían en éste un garante de su seguridad. Abundó en esta línea en Sobre el Quersoneso. Demóstenes tomó el control de la política ateniense y se convirtió en el líder político más influyente de Atenas. La Cuarta Filípica es una declaración de guerra que condujo a una nueva derrota griega frente los macedonios: la de Queronea, aunque sirvió para demorar la conquista macedonia de parte de Grecia y de Bizancio. Demóstenes pronunció el discurso fúnebre por los atenienses muertos en la batalla. En Sobre la Corona, su discurso más famoso, escrito tras la muerte de Filipo y de su sucesión por su primogénito, Alejandro Magno, Demóstenes deplora la paz pactada con Macedonia y sus efectos, al tiempo que defiende su propia trayectoria política en favor de Atenas, frente al partido promacedonio de Esquines.
La fama de Demóstenes perduró a través de los siglos. Los filólogos de la Biblioteca de Alejandría editaron los manuscritos de sus discursos, y los estudiantes de Roma los leyeron para formarse en retórica. En su honor, Cicerón tituló Filípicas sus discursos contra Marco Antonio. En la Edad Media y el Renacimiento fue el más leído de los oradores antiguos, y al cabo de los siglos influyó a los oradores de la Revolución Francesa y a los partidarios de la Constitución de los Estados Unidos.

I
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FundacionRosacruz | otra reseña | Jan 24, 2018 |
DISCURSOS POLÍTICOS

2 páginas

Demóstenes (Atenas, 384 a.C.-Calauria, 322 a.C.) es uno de los grandes oradores de todos los tiempos (Cicerón escribió que era «el orador perfecto») y estuvo intensamente implicado en la política ateniense y griega. Vivió en el siglo IV a.C., tiempo de gran agitación política, de declive de la ciudad-estado ática y de creciente hegemonía macedonia, a la que se opuso con toda su energía y capacidad intelectual.

Tras sus estudios de retórica, en los que se familiarizó con los oradores anteriores y sus recursos lingüísticos y argumentativos, así como con los del historiador Tucídides, Demóstenes trabajó un tiempo como logógrafo, o abogado en casos particulares, componiendo los llamados discursos privados, o forenses, de los que la tradición ha conservado muchos: más de cuarenta, si bien más de una docena parecen de otros autores. En este ámbito, sus discursos más famosos son los que afectan a asuntos personales del autor y los que discuten la herencia y la suerte de la familia del banquero Pasión.

No tardó, sin embargo, en interesarse por la actividad política: en 354 a.C. ya pronunció sus primeros discursos en público en este ámbito, y dedicó años a oponerse a la expansión de Macedonia y su rey Filipo II. Demóstenes, que conservaba el ideal de Atenas desde la lectura de Tucídides y quería preservar la libertad de la ciudad, trató de pactar con Filipo que no atacara Grecia. El orador fue decisivo para que Atenas y Tebas tomaran armas contra Alejandro Magno en la batalla de Queronea, en la que cayeron ante el conquistador macedonio. Demóstenes se suicidó antes de que los soldados del sucesor de Alejandro, Antípatro, pudieran acabar con su vida.

Sus mayores empeños fueron restablecer el espíritu público en Atenas y conservar la cultura griega ante la crisis de la ciudad-estado. Entre sus discursos políticos cabe mencionar, los iniciales de confrontación con Eubulo, el político más poderoso en la Atenas del momento. Después se centró por completo en la política exterior ateniense, en relación con Filipo II de Macedonia, al que veía como gran amenaza para todas las ciudades griegas. Contra él escribiría, a lo largo de muchos años, cuatro Filípicas, en las que exhortaba a sus conciudadanos a enfrentarse a él para proteger la independencia de Atenas. A raíz de la conquista de Olinto, ciudad de la Calcídica, por Filipo II, Demóstenes escribió las tres Olínticas, en las que reclamó que los atenienses apoyaran a su aliado, pero esta ayuda militar fue en vano.

Demóstenes participó en una embajada para firmar un acuerdo con Filipo, y se mostró partidario de contemporizar con el macedonio, desde una perspectiva posibilista, reconociendo sus conquistas en la Hélade a cambio de evitar otras posteriores (razona su postura en Sobre la paz). En la Segunda y la Tercera Filípicas (considerada su mejor discurso), escritas a raíz del incumplimiento de la contención expansionista, Demóstenes se volvió resueltamente contra Filipo. Pero la mayoría de griegos veían en éste un garante de su seguridad. Abundó en esta línea en Sobre el Quersoneso. Demóstenes tomó el control de la política ateniense y se convirtió en el líder político más influyente de Atenas. La Cuarta Filípica es una declaración de guerra que condujo a una nueva derrota griega frente los macedonios: la de Queronea, aunque sirvió para demorar la conquista macedonia de parte de Grecia y de Bizancio. Demóstenes pronunció el discurso fúnebre por los atenienses muertos en la batalla. En Sobre la Corona, su discurso más famoso, escrito tras la muerte de Filipo y de su sucesión por su primogénito, Alejandro Magno, Demóstenes deplora la paz pactada con Macedonia y sus efectos, al tiempo que defiende su propia trayectoria política en favor de Atenas, frente al partido promacedonio de Esquines.

La fama de Demóstenes perduró a través de los siglos. Los filólogos de la Biblioteca de Alejandría editaron los manuscritos de sus discursos, y los estudiantes de Roma los leyeron para formarse en retórica. En su honor, Cicerón tituló Filípicas sus discursos contra Marco Antonio. En la Edad Media y el Renacimiento fue el más leído de los oradores antiguos, y al cabo de los siglos influyó a los oradores de la Revolución Francesa y a los partidarios de la Constitución de los Estados Unidos.
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