El diálogo es el verdadero estilo de Diderot y las ideas, que según propia confesión eran sus verdaderas amantes, se convierten en su pluma en auténticas explosiones de energía intelectual, tumultuosa y chispeante. Diderot, que ha sido el "philosophe" que con mayor fervor ha reivindicado la modernidad, dejó inéditas algunas de sus obras capitales, como esta pequeña pero profunda obra maestra que es "El sobrino de Rameau", que vería la luz en 1823. El modelo de un personaje que en realidad existió, el sobrino del célebre músico Rameau, le sirve a Diderot para trazar el retrato de dos conciencias de índole distinta, de dos filosofías de la vida, de dos Yos antagónicos que no obstante son anverso y reverso de una misma medalla: el del genio instalado en la respetabilidad y el del genio de la irrisión, un parásito, un bufón, un inadaptado que reflexiona con poderoso ingenio sobre su propia condición. En el trasfondo, la obra es un animado cuadro de la sociedad del siglo XVIII por el que desfilan las ideas imperantes de la época sobre política, finanzas, moralidad e inmoralidad. ( )