Robert Kincaid inicialmente se encuentra con poco más que recuerdos de una existencia solitaria vivida principalmente en la carretera y recuerdos de Francesca Johnson, la mujer cuya pasión despertó tan brevemente y con tanto poder.
Así, empujado por los recuerdos, en busca de algo indefinido, algo que de sentido al resto de su vida, Kincaid emprende de nuevo la ruta en lo que se convierte en un viaje de descubrimiento y sorpresa.
Con su perro Highway a su lado en una vieja camioneta llamada Harry, Kincaid comienza una larga y sinuosa carrera de regresa a Roseman Bridge en el condado de Madion, Iowa, regresando al lugar de su gran historia de amor.
Viviendo su propia vida solitaria, Francesca todavía visita Roseman Bridge y reflexiona sobre sus días y noches con Robert Kincaid. Apreciando el recuerdo del hombre extraño y errante que cambió su mundo, jura buscarlo.
En la expedición que él llama Last Time, Kincaid recorre Oregón, el norte de California, hacia el este hasta las Dakotas y luego hasta Iowa. En el camino, un encuentro casual con una mujer de su pasado lejano revela otra dimensión de su vida que no podría haber imaginado.
Finalmente, en un bar de Seattle llamado Shorty's, donde el saxofonista Nighthawk Cummings todavía toca los martes por la noche, Kincaid gira en su silla, mirando hacia adentro y hacia afuera al mismo tiempo, y sonríe ante lo que ve sentado frente a él.
Y así llega, el último solitario descubre que no está tan solo como alguna vez creyó.