Pulse en una miniatura para ir a Google Books.
Cargando... Puedo contar contigo. Correspondencia (Volumen independiente)por Ramón J. Sender
Ninguno Cargando...
Inscríbete en LibraryThing para averiguar si este libro te gustará. Actualmente no hay Conversaciones sobre este libro. sin reseñas | añadir una reseña
No se han encontrado descripciones de biblioteca. |
Debates activosNinguno
Google Books — Cargando... GénerosSin géneros ValoraciónPromedio:
¿Eres tú?Conviértete en un Autor de LibraryThing. |
Es una amistad rara principalmente porque parecen dos personas ajenas entre sí, pero destaca en ambos un apego a su independencia y libertad que termina por unirlos en muchos aspectos.
Sender es un ardiente defensor de la obra de Laforet, pese a que comprende los problemas de ella para escribir hasta el punto de caracterizarse a sí mismo como el dueño de “un vacío invasor” contra el que luchar y del que ella no necesita preocuparse porque tiene una vida completamente llena.
Mucho más desinhibido él que ella, sobre todo en sus confesiones amorosas y aún sexuales, comparten el ejercicio de la sinceridad, también consigo mismos. Hablan de la posible vuelta a España de Sender y de las continuas huidas de Laforet del país, de los hijos y nietos de ambos, de amigos comunes, y por supuesto de literatura y escritura.
Sorprende también lo moderno de algunos planteamientos, teniendo en cuenta el lugar y el momento, sobre las “pobres escritoras” que según Laforet “no hemos contado nunca la verdad, aunque queramos. La literatura la inventó el varón y seguimos empleando su mismo enfoque para las cosas. Yo quisiera inventar una traición para dar algo de ese secreto (frase que da para pensar sobre qué tipo de traición necesitaríamos...). Y sigue: Para que poco a poco vaya dejando de existir esa fuerza de dominio, y hombres y mujeres nos entendamos mejor, sin sometimientos ni aparentes ni reales de unos a otros… tiene que llover mucho para eso.”
Y, de ahí, su gran ambición literaria, escribir una novela sobre un mundo “que no se conoce más que por fuera porque no ha encontrado su lenguaje…: el mundo del gineceo”.
Se habla poco de política, pero también. Y algo de religión. Pero sobre todo de la soledad, tanto de la buscada como de la impuesta. Nos pasamos la vida quejándonos de la soledad y defendiendo la soledad al mismo tiempo, dice Sender. Y continúa: “Cuando alguien se acerca demasiado, lo mandamos a hacer gárgaras, y luego nos quejamos"
Probablemente esta correspondencia haya servido muchas veces para aliviarlos a ellos y a nosotros, tanto del exceso como de la falta de soledad. ( )