Graves recrea la vida del más importante militar de la historia bizantina (y, probablemente, uno de los mayores genios militares de la Historia) basándose en la "Historia secreta" de Procopio de Cesarea, pero invirtiéndo la carga negativa que tiene esta obra mediante el artilugio de hacer que el libro (el de Graves) parezca escrito por un criado de su esposa Antonina, quien, además, no duda en mencionar directamente a Procopio y a su obra. En todo caso, Graves no ha tenido que fabular demasiado para presentar a un tipo excepcional: escrupulosamente leal a su emperador, a pesar de que Justiniano solo puede calificarse de "hijoputa", con perdón; fiel a su esposa en una época en que esto ni siquiera se consideraba un valor; generoso y justo con sus soldados no menos que con sus enemigos; ferreamente religioso en plenas disputas teológicas y, para colmo, increíblemente bien dotado para el arte de la guerra.

El personaje, desde luego, es fascinante, pero es que Graves hace su historia aburrida. Supongo que ha querido imitar el estilo de las crónicas en que se basa, que hoy se nos antoja un tanto monótono, centrado en las descripciones minuciosas de campañas y batallas específicas que cansan al lector. Las intrigas palaciegas y la agilidad del personaje de Antonina no consiguen compensar este ritmo cansino, que solo en los capítulos finales se anima un poco. ( )

En el turbulento siglo VI, el Imperio Romano de Oriente, gobernado por el emperador Justiniano, se enfrenta al ataque de los bárbaros, a las luchas intestinas entre facciones rivales, a violentas controversias teológicas que amenazan con disgregar el Imperio... Sólo un hombre puede salvar la situación: el conde Belisario, ejemplo de nobleza y valor, cuyo nombre pronto aprenden a respetar y temer los bárbaros que se enfrentan a las tropas imperiales.