Mucho más difícil de leer de lo que pensaba, en especial la "Crítica del juicio". Esta obra remata las otras dos críticas con el análisis del juicio sobre lo bello (estética) y sobre el fin último de las cosas (teleología), por donde enlaza con la teología. De hecho, la religión está onmipresente en todo este tomo. Con sus matices y variantes, Kant parece tomar partido por una religión de base cristiana pero sometida a la razón, puesto que otra cosa nos resultaría incomprensible.

Me ha llamado la atención el panfleto titulado "Contestación a la pregunta: ¿qué es la ilustración?", que me ha recordado mucho a otros panfletos más o menos revolucionarios, como el de Hessel o incluso el "Manifiesto comunista". En estas obras breves Kant es mucho más claro y fácil de leer, pero en sus obras grandes es terriblemente difícil, sobre todo por su terminología, en gran parte propia o al menos según definiciones propias, usada con total rigurosidad y disciplina, lo que obliga al lector a un esfuerzo permanente solo para seguirle. ( )