Un agente de la policía de narcóticos (Heston) llega a la frontera mexicana con su esposa justo en el momento en que explota una bomba. Inmediatamente se hace cargo de la investigación contando con la colaboración de Quinlan (Welles), el jefe de la policía local, muy conocido en la zona por sus métodos expeditivos y poco ortodoxos. Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro. (FILMAFFINITY)

Díez dias después de la trágica muerte del Sr. Linneker, acaudalado hombre de negocios, el fiscal del Distrito envía a su ayudante Mitchell Holt, como investigador especial en la resolución del caso, motivado por la presión política y de los medios de comunicación afines al gobierno, ante la proximidad de las elecciones.
Holt tendrá que trabajar en equipo con los investigadores de la policía, el Capitán McCoy y su ayudante Quinlan, una "leyenda" dentro del departamento de homicidios, con más de treinta años de servicio y la resolución de casos especialmente intrincados.
Desde la primera conversación entre ellos, queda claro que los policias, amparándose en su dilatada carrera policial y en ese "sexto" sentido, han desarrollado su teoría y sólo esperan que aparezca la prueba incriminatoria. El móvil sería la no aprobación del matrimonio de la hija del Sr. Lineker con un simple vendedor de zapatos y los acusados, los dos jóvenes.
La prueba incriminatoria aparece... grandes titulares de presa... pero Holt se muestra receloso y empieza a "investigar" por su cuenta.

Nos enfrentamos a la eterna lucha del bien sobre el mal: los policías que traspasan la frontera de la ley , "fabricando" pruebas, ayudando a que se haga justicia cuando ellos están moralmente convencidos de la culpabilidad de los acusados...el juego político por encima de la ley, el intento de acallar sus sospechas aún a costa de un su propia vida, el juego sucio de la moral...
A pesar de ser una obra de los años 50, sigue estando de actualidad. Los "otros", extranjeros, negros, inmigrantes, pobres... siguen siendo necesarios para dar rienda suelta a nuestras incomodidades, nuestras frustaciones...
¿Qué sentido tiene la justicia cuando se condena a un inocente? ( )

Al joven y brillante ayudante de fiscal Mitchell Holt le encargan el asesinato de un conocido ricachón. Todo parece apuntar a su única hija y su novio, y la pareja de policías que lleva el caso lo tiene muy claro. Pero el ayudante no, y contra toda probabilidad, sigue investigando. Poco a poco, él mismo empieza a verse acosado incluso con atentados en su contra. Finalmente, descubre que uno de los policías encargado, que estaba retirado pero que sigue de hecho en servicio, falsificó las pruebas, y que llevaba haciéndolo mucho tiempo, sin que lo supiese su compañero, porque para él es suficiente el convencimiento moral, y las pruebas son sólo burocracia. Es un tema muy americano, que nos lleva al límite entre el linchamiento público y la justicia organizada. El protagonista es todo un ejemplo de hombre justo, que se juega el tipo y el de su familia, incluyendo un auténtico "linchamiento moral" en su contra, sólo porque busca la justicia. Pero, por encima del tema y la trama, lo cierto es que los personajes están muy bien construidos, y no resultan nada estereotipados. Poco a poco uno se va viendo envuelto en la misma lucha que el protagonista, y se desespera y se indigna con él. Son los personajes los que sostienen la novela, sin duda. Estupenda. ( )