Firma de Antonio en 1ª pág. ( )

Galdós metido a folletinero. Y no le sale mal, claro. Pero quizá no tan bién como otras obras más maduras. En primer lugar, "Tormento" no se entiende del todo sin su obra anterior, "El doctor Centeno" y no acabará realmente hasta "La de Bringas", inmediatamente posterior. Vamos, lo que viene siendo una trilogía, aunque el autor parece que rechazaba esta idea. Es habitual que los personajes de Galdós aparezcan en varias de sus novelas, y a veces solo así sabemos de sus destinos, pero aquí esto es más evidente, puede que demasiado. Claro que el editor lo suple en la larga y algo farragosa introducción. El segundo problema es que la parte central del libro se me antoja lenta, como un río que llega a una llanura, antes de un final frenético y lleno de trucos que el lector, y sin duda también el autor, mira con cierta distancia y hasta con indulgente sonrisa. Todos nos sabemos estas triquiñuelas de escritor malo, y somos conscientes de que Galdós las utiliza a conciencia.

En cuanto a los personajes, las mujeres no salen, en general, muy bien paradas. La que no es mala es tonta o ambas cosas, y casi todas repugnantemente hipócritas, salvo la protagonista, que los comentaristas no se ponen de acuerdo si clasificarla entre las malas o entre las tontas. Yo creo que Galdós tiende a lo segundo, aunque con más benevolencia que con el resto de personajes femeninos. Los varones son tratados con bastante más benignidad, excepto Felipe Polo, el excura enamorado de Amparo (alias Tormento) que se ha vuelto un bestia. Sin hacer spoiler, el final será feliz porque Francisco Bringas pone sus buenos oficios y Agustín Caballero se portará como su apellido indica. Eso sí, solo en la novela siguiente (mejor que esta, la verdad) sabremos de las andanzas posteriores de la vil Rosalía de Bringas. ( )