Andrés es un adolescente que vive en Puerto Rico. Él está pasando por una etapa complicada de su vida. La zona costera en que reside permanece agitada por una revuelta reivindicatoria de la que el padre del joven participa; al mismo tiempo, su madre fallece. Todos estos hechos que súbitamente se desencadenan, marcarán por siempre a la familia. En medio de todo ese drama, ciertas imágenes visitan al muchacho; esta especie de alucinación monstruosa es solamente compartida en el lugar por un hombre, quien servirá como testigo para que, cincuenta años después, los dos puedan dilucidar dónde están la verdad y la mentira de estas misteriosas apariciones. De la conversación entre ambos, de sus mutuas confesiones, surge la verdadera clave de una historia de amor y remordimiento; una antigua pasión que remite a la muerte, y que sólo desde la muerte puede ser entendida y perdonada.