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Philosophy in the late seventeenth century was a dangerous business. No careerist could afford to side with the reclusive philosopher and "atheist Jew" Spinoza. Yet the ambitious young genius Leibniz became obsessed with Spinoza's writings, wrote him clandestine letters, and ultimately called on Spinoza in person at his home in The Hague. Both men were at the center of the intense religious, political, and personal battles that gave birth to the modern age. One was a hermit with many friends; the other, a socialite no one trusted. One believed in a God whom almost nobody thought divine; the other defended a God in whom he probably did not believe. They would come to represent radically different approaches to the challenges of the modern era. In this philosophical romance of attraction and repulsion, greed and virtue, religion and heresy, Matthew Stewart dramatizes a contest of ideas that continues today.--From publisher description.… (más)
"Una original reinterpretación de la vida y la obra de Spinoza y Leibniz dos de los fundadores del pensamiento filosófico moderno" PUBLISHERS WEEKLY
EL 18 DE NOVIEMBRE DE 1676 Gottfried Wilhelm Leibniz se presentaba en casa de Baruch de Spinoza, en La Haya. De su encuentro se derivarían importantes consecuencias para la historia de la filosofía.
Por aquel entonces, Spinoza tenia motivos suficientes para tener por su vida: poco antes, uno de sus amigos habia sido ejecutado, y otro había muerto en la cárcel.
Los esfuerzos para publicar su obra definitiva, la Etica, habían concluido entre amenazas de interposición de un proceso criminal. Un teologo se había referido a él co- mo "el hombre más impío y peligroso del siglo", y un poderoso obispo lo denunció comno "este hombre loco y malvado, que merece ser encadenado y azotado".
Leibniz había calificado la obra de Spinoza de "horri- ble" y "espantosa". "intolerablemente insolente".
A un amigo le confió: "Me parece lamentable que un hombre evidentemente tan culto haya caído tan bajo".
Y sin embargo, tras un largo viaje, alli estaba el gran Leibniz, frente a la puerta de la casa de Spinoza, dispuesto a pasar unas horas, probablemente unos días, de animada charla con él.
Spinoza y Leibniz, juntos. Los dos filósofos más grandes del siglo XVII, fundadores ambos del pensamiento moderno. Podemos imaginarlos: Spinoza sentado, impasible ,profundamente indiferente, tal vez silenciosamente desdeñoso; Leibniz dando vueltas por la habitación, tratando de escapar a las ideas radicales de su anfitrión, intentando demostrarle que existe una voluntad divina que está detrás de todas las cosas...
Philosophy in the late seventeenth century was a dangerous business. No careerist could afford to side with the reclusive philosopher and "atheist Jew" Spinoza. Yet the ambitious young genius Leibniz became obsessed with Spinoza's writings, wrote him clandestine letters, and ultimately called on Spinoza in person at his home in The Hague. Both men were at the center of the intense religious, political, and personal battles that gave birth to the modern age. One was a hermit with many friends; the other, a socialite no one trusted. One believed in a God whom almost nobody thought divine; the other defended a God in whom he probably did not believe. They would come to represent radically different approaches to the challenges of the modern era. In this philosophical romance of attraction and repulsion, greed and virtue, religion and heresy, Matthew Stewart dramatizes a contest of ideas that continues today.--From publisher description.
"Una original reinterpretación
de la vida y la obra de Spinoza y Leibniz
dos de los fundadores
del pensamiento filosófico moderno"
PUBLISHERS WEEKLY
EL 18 DE NOVIEMBRE DE 1676 Gottfried Wilhelm
Leibniz se presentaba en casa de Baruch de Spinoza, en
La Haya. De su encuentro se derivarían importantes
consecuencias para la historia de la filosofía.
Por aquel entonces, Spinoza tenia motivos suficientes
para tener por su vida: poco antes, uno de sus amigos
habia sido ejecutado, y otro había muerto en la cárcel.
Los esfuerzos para publicar su obra definitiva, la Etica,
habían concluido entre amenazas de interposición de un
proceso criminal. Un teologo se había referido a él co-
mo "el hombre más impío y peligroso del siglo", y un
poderoso obispo lo denunció comno "este hombre loco y
malvado, que merece ser encadenado y azotado".
Leibniz había calificado la obra de Spinoza de "horri-
ble" y "espantosa". "intolerablemente insolente".
A un amigo le confió: "Me parece lamentable que un hombre
evidentemente tan culto haya caído tan bajo".
Y sin embargo, tras un largo viaje, alli estaba el gran
Leibniz, frente a la puerta de la casa de Spinoza, dispuesto
a pasar unas horas, probablemente unos días, de
animada charla con él.
Spinoza y Leibniz, juntos. Los dos filósofos más grandes
del siglo XVII, fundadores ambos del pensamiento
moderno. Podemos imaginarlos: Spinoza sentado, impasible
,profundamente indiferente, tal vez silenciosamente
desdeñoso; Leibniz dando vueltas por la habitación,
tratando de escapar a las ideas radicales de su
anfitrión, intentando demostrarle que existe una voluntad
divina que está detrás de todas las cosas...