En la l#65533;nea de Un vestido de domingo, vuelve David Sedaris m#65533;s divertido que nunca David Sedaris tiene la extraordinaria habilidad de transformar las peque#65533;as miserias de la vida cotidiana en situaciones desternillantes y delirantes. En este nuevo libro de relatos autobiogr#65533;ficos, se supera a s#65533; mismo para llevar su iron#65533;a marca de la casa a niveles insospechados de comicidad. As#65533;, nos habla de los posibles usos recreativos que brinda un instrumento tan sofisticado como un cat#65533;ter, de c#65533;mo se puede conseguir un esqueleto humano, de un fascinante gusano par#65533;sito que vivi#65533; durante un tiempo en la pierna de su suegra o de un peculiar m#65533;todo para dejar de fumar viajando a Tokio. Sedaris deja claro que jugar con cerillas puede provocar un incendio devastador y que #65533;l mismo, siguiendo la estela de Groucho Marx y Woody Allen, es el m#65533;s talentoso de los jugadores. Como siempre, esta nueva obra maestra de la literatura c#65533;mica, repleta de una s#65533;tira mordaz y salvaje de la clase media estadounidense, consigue restituir a la perfecci#65533;n la dimensi#65533;n cotidiana de lo absurdo y -como por arte de magia- hacer re#65533;r al m#65533;s triste. La cr#65533;tica ha dicho... #65533;Sedaris es un escritor brillante; si quieren pasar un buen rato, re#65533;r a carcajada limpia, l#65533;anlo.#65533; El Pa#65533;s #65533;El humor es inteligente por definici#65533;n y Sedaris atesora mucho en sus textos.#65533; Pedro Galiano, El ojo cr#65533;tico #65533;Sedaris es la Elvira Lindo de los estadounidenses [...] un personaje digno de una aguda sitcom al estilo de Frasier [...] el hermano gemelo de Woody Allen.#65533; Mar#65533;a Jos#65533; Furi#65533;, La Vanguardia #65533;La principal virtud de Sedaris es que ha sabido enlazar la tradici#65533;n norteamericana del ensayo breve humor#65533;stico con el discurso autoir#65533;nico y contrariado de los artistas del mon#65533;logo.#65533; Jordi Punt#65533;, El Pa#65533;s #65533;S#65533;, es cierto: el humor siempre ha estado ah#65533;, tronch#65533;ndose en las p#65533;ginas dislocadas de David Sedaris.#65533; David Mor#65533;n, ABC #65533;Lo que trasciende del trabajo de Sedaris es su humanidad: adora a algunas personas verdaderamente espantosas, pero sabe presentarlos llenos de dignidad e incluso de gracia... es el mejor.#65533; Judith Newman, People #65533;El escritor norteamericano m#65533;s agudo desde Dorothy Parker.#65533; New York Magazine #65533;Un observador burl#65533;n de lo surrealista. Su relato sobre el intento de dejar de fumar en Tokio es una obra maestra.#65533; Times #65533;Un humor refinado, una puesta en escena impecable y una progresiva fascinaci#65533;n por la humanidad y la moral.#65533; The Guardian #65533;Incluso la experiencia m#65533;s mundana es descrita a trav#65533;s del particular prisma de su sensibilidad.#65533; The New York Times #65533;#65533;Es un hombre divertido, muy divertido!#65533; The New York Observer #65533;El rey del absurdo m#65533;s mordaz triunfa con esta colecci#65533;n de relatos.#65533; Publisher Weekly ENGLISH DESCRIPTION "David Sedaris's ability to transform the mortification of everyday life into wildly entertaining art," (The Christian Science Monitor) is elevated to wilder and more entertaining heights than ever in this remarkable new book. Trying to make coffee when the water is shut off, David considers using the water in a vase of flowers and his chain of associations takes him from the French countryside to a hilariously uncomfortable memory of buying drugs in a mobile home in rural North Carolina. In essay after essay, Sedaris proceeds from bizarre conundrums of daily life-having a lozenge fall from your mouth into the lap of a fellow passenger on a plane or armoring the windows with LP covers to protect the house from neurotic songbirds-to the most