San Francisco de Sales (Francia 1567-1622) obispo de Ginebra, se caracterizó por su amabilidad, virtud y sencillez, siempre preocupado por los pobres y por la formación de sus feligreses. Escribe la obra "Tratado del amor de Dios" en 1616, la cual se debe de decir que no es un libro como todos los demás libros espirituales, que tratan solo una parte de la vida devota, pero es uno que trata sobre toda la vida espiritual y en cómo llegar a ella; muestra este tratado los principios y reglas practicas, y la manera en cómo servir y amar a Dios, todo esto derivado del "modo de ver la vida" de este santo, en su continuo mirar a su amado Señor al cual servía, y en relación a los actos de la vida vistos como una serie de actos u ofrecimientos de amor, lo cual conforma el punto central de las enseñanzas ascéticas de San Francisco. En general es una exposición completa de los motivos para servir a Dios, el porqué de una vida espiritual; da advertencias y consejos para crecer más en ella. Esta obra es un clásico espiritual que ayudará al lector que desea avanzar y profundizar en su camino de encuentro con Dios.