LA MUERTE DE ARTURO. VOL II

Libro X

Capítulo1

Cómo justó sir Tristán, y derribó al rey Arturo,
porque no le dijo por qué causa llevaba aquel escudo.

-Y si podéis describir qué armas lleváis, seréis digno de llevarlas.

-En cuanto a eso -dijo sir Tristán-, os responderé: este escudo
me fue dado, sin desearlo, por la reina Morgana el Hada; y en
cuanto a mí, no puedo describir estas armas, pues no es asunto
de mi cargo, aunque fío en Dios llevarlas con honra.

-Ciertamente -dijo el rey Arturo-, no debíais llevar armas a
menos que supieseis qué lleváis; pero os ruego que me digáis
vuestro nombre.

-¿Con qué intención?-dijo sir Tristán

-Porque quisiera saberlo -dijo Arturo.

-Señor, no lo sabréis en esta sazón.

-Entonces haremos batalla vos y yo -dijo el rey Arturo.

- Por qué queréis hacer batalla conmigo -dijo sir Tristán- si
no os digo mi nombre? Poca necesidad tendríais si fueseis
hombre de merecimiento, pues habéis visto que este día he tenido
gran trabajo; y por tanto sois un caballero villano al pedirme batalla,
considerando mi gran trabajo; aunque no os defraudaré, y
no tengáis duda de que no os temo; aunque creáis que me tenéis
en gran ventaja, muy bien os duraré.

Y seguidamente el rey Arturo embrazó su escudo y su lanza,
y fue sir Tristán contra él, y se juntaron con mucha gana. Y allí
el rey Arturo hizo su lanza toda pedazos sobre el escudo de...

Este segundo tomo es más distraido que el primero. Aunque todavía siguen algunas de las monótonas andanzas de Tristán de Leonís (si bien la relación de amor/odio con el caballero sarraceno Palomides se hace más compleja), pronto se centra en las aventuras de Lanzarote, con algunos excursos, especialmente los episodios claramente simbólicos de la demanda del Santo Grial, que acabarán consiguiendo sólo Galahad (hijo de Lanzarote) y Perceval, aunque ambos morirán tras haber llegado al Grial; Lanzarote será el único que alcanzará a ver el vaso sagrado y vivir para contarlo, aunque no lo tocará por sus pecados. El resto de la obra se dedica precisamente a los "pecados" de Lanzarote y Ginebra. La personalidad del enamorado y casi invencible caballero es realmente compleja: modelo de virtudes tanto caballerescas como meramente humanas, casi santo en sus obligaciones cristianas, leal hasta la insensatez con su rey, sin embargo no puede evitar estar enamorado hasta las trancas de la mujer de su rey y amigo. Es conmovedor que, en el desenlace final, cuando ambos son pillados absolutamente infraganti, él sostenga contra toda evidencia la honradez de su dama incluso hasta hacerle la guerra al propio Arturo. El supermán medieval, ante cuyo mero nombre ningún mortal osa oponerse, es capaz de renunciar a todo y rebajarse hasta extremos inauditos, incluso hasta volverse loco y vivir como un pordiosero, sólo por un desprecio de su reina (en todos los sentidos de la expresión) provocado por un malentendido que ella, en un gesto de supuesta insensatez característicamente femenina, se niega a deshacer. Cuanto más lo pienso, más emocionante me parece su figura. En fin, este tomo abunda también en episodios mágicos y simbólicos, aun sin abusar, que lo hacen bastante interesante. ( )