Librería 6. Estante 1.

Meabe divide en cuatro partes su trabajo, que corresponden a las cuatros lecciones propuestas en el subtítulo. La primera parte tiene por objetivo contextualizar la obra a trabajar en la biografía personal e intelectual de Werner Jaeger y a su vez, comenzar el recorrido con la primera sección del texto Paideia. De este modo, presenta una breve reseña biográfica del autor y un detallado itinerario de su producción en relación con la cultura clásica y lo debatido al respecto. Pasa, luego, a enmarcar el tema de la educación en la cultura griega y así inicia el abordaje de la obra de Jaeger con la presentación del tratamiento de dicha temática en la épica y posteriormente en el campo "legislativo" de las ciudades griegas. Dicho marco permitió a Jaeger analizar el contexto de la organización ática en torno al concepto de areté en la mente de los poetas hasta el comienzo de un proceso de racionalización entre los legisladores. Entre ellos, se destaca Solón.
En la segunda parte del libro, Meabe analizó el papel de la tragedia en el contexto de la educación, es decir, el modo en el que las obras de Esquilo y Sófocles asumen el rol de guía en la formación del ciudadano griego. Este rol fue posterior al inicio de una crisis de los ideales presentados por los poetas épicos, en particular Homero y Hesíodo, y por los representantes políticos del siglo vii. Luego de la literatura trágica, Meabe estudió el papel de los sofistas como los nuevos modelos de formadores de los ciudadanos, en el cual estos últimos recibían la formación necesaria para desempeñarse en las estructuras de la nueva conformación política de mano de los primeros a cambio de un pago. De esa forma, la educación se tornó una transmisión rentada de las técnicas discursivas. Por último, el autor enunció el fin de la tragedia con Eurípides, quien puso el acento en las acciones de los individuos y, además, presentó los géneros de la comedia y la historia como fuentes pedagógicas para la vida política de los griegos.
La tercera parte de la obra, y sin dejar de acentuar la importancia relevante de la obra de Jaeger, Meabe presentó la relación de la educación con la política en el pensamiento de Platón. Introdujo la temática analizando la educación de Sócrates, quien se distanció de la formación propuesta por los sofistas para luego introducirse de lleno en el análisis de algunos diálogos del ateniense —estos son, Protágoras, Simposio, Gorgias, Menón, República—. En esta sección del libro, además de hacer una síntesis del análisis de los diálogos, Meabe presentó abundantes puntos de referencias respecto al debate de los temas tratados, referencias que por demás exceden el tiempo histórico del autor de Paideia, destacando la relevancia actual de dichos debates.
En la cuarta parte, Meabe tuvo en cuenta el trabajo de Jaeger sobre la época posterior de Platón. En esta época, la educación toma un sesgo práctico que va de la mano con los desarrollos de la medicina, y las propuestas de Jenofonte y Demóstenes. Esto viene adjunto a una reinterpretación de propuestas presocráticas, una modificación en el ejercicio de la sofística y una reinterpretación de la areté, ya no como regalo divino, sino como virtudes que exceden aun a la raza griega. Esta educación conlleva un ideal de panhelenismo como respuesta a la crisis de la polis ateniense. Meabe cierra esta sección presentando una conclusión que pone de manifiesto su metodología de trabajo y sus apreciaciones personales respecto al libro de Werner Jaeger.
Por último, el autor presenta un breve apéndice que se titula: "La antipaideia de Platón y la crítica de Debra Nails a Werner Jaeger", en el que trae a luz la actualidad de la discusión sobre las interpretaciones de Jaeger haciendo referencia a un artículo de Nails, presentado en 1998 en los Estados Unidos.12 Dicho artículo se presentó como una crítica a la imagen de Platón como filósofo de la paideia que manejaba el autor del texto homónimo. Meabe consideró que dicha crítica se diluye al tomar en su conjunto la obra de Jaeger, pues esta tiene la amplitud necesaria para abordar los diferentes puntos de vista sobre el tema en cuestión.
Es por ello que, al tomar contacto con el escrito de Joaquín Meabe, se tiene la sensación de estar ante un manual de lectura. Sin embargo, al abordar su lectura, uno se despega de esa primera sensación y asume el compromiso de una relectura crítica de la monumental obra de Werner Jaeger con nuevos elementos que enriquecen la discusión en torno a las hipótesis del filólogo y filósofo alemán. El libro cobra, entonces, su valor de guía para la profundización en torno a la educación (paideia) en la cultura griega arcaica y clásica, y también se transforma en un material de apoyo para la formación de personas interesadas en la cultura griega. ( )