Sobre el fondo del mundo teatral y artístico del París de la primera mitad del siglo XX, Simone de Beauvoir recrea con sólido talento la creación, evolución y disgregación de un triángulo amoroso formado por dos adultos y una jovencita que, a su vez, sirve a la autora para poner en cuestión el modelo burgués de pareja y de familia. En esta impactante novela aparecen ya los grandes temas que caracterizan la obra de Simone de Beauvoir (la libertad, la acción y la libertad individuales), y la profundidad de los personajes y la exploración acerca de sus sentimientos que lleva a acabo la autora convierten La invitada en una de sus mejores obras.

Una pareja de intelectuales "made in France" (mejor dicho, "made in Paris"), prototipo del progresismo europeo del siglo XX, que viven su pequeña y feliz historia de burgueses de izquierda en los meses previos a la II guerra mundial. No se sabe cómo ni por qué introducen en su vidita feliz a una jovencita provinciana, con lo que pronto se convierten en un trío. Incluso intentan (aparentemente) que ese grupito funcione. Pero la "invitada" es irracional, caprichosa, retorcida y, en general, no tiene muchas prendas personales. Pese a ello, los dos protagonistas parecen sentirse irresistiblemente atraídos hacia ella, aunque desde las pocas páginas tanto el lector como los personajes se dan cuenta de que esa chiquilla les a va destrozar la vida.

Creo que el principal defecto de esta novela es que, al menos en mi impresión, la autora se ha planteado una situación en abstracto y después ha querido construir una historia a su alrededor y siempre subordinada a sus planteamientos iniciales. Algo así como "¿Qué pasaría si...?" pero para eso uno no escribe una novela, sino un ensayo. Sé que, por lo visto, la historia está inspirada en vivencias reales de Beauvoir con Jean-Paul Sartre, pero eso no le quita nada de su carácter de experimento, al menos desde mi punto de vista. El caso es que los personajes se me han hecho increíbles (¿por qué no mandan a paseo rápidamente a esa "invitada" que, además de amargarles la vida, vive a su costa con todo el descaro?), salvo quizá algunos secundarios. Tampoco los problemas que plantea me han atraído demasiado, porque ya, a estas alturas, no creo demasiado en los experimentos, y menos los sentimentales. Solo me ha interesado la idea de incrustar en una existencia plácida y autocomplaciente algo o alguien que les desequilibra sin que ellos sepan muy bien por qué (me ha recordado al matrimonio de la película "Adivina quién viene esta noche", de Stanley Kramer), incluso aunque sean conscientes de ello.

En fin, dos cosas me han enojado en la lectura. Una, la obsesión por "hablar". En medio de tormentas de pasiones encontradas, a los personajes solo se les ocurre "tener una conversación" para solucionarlo; todo muy racional. Naturalmente, casi siempre es peor el remedio que la enfermedad. Y, la segunda, la horrorosa traducción, que llega a traducir literalmente locuciones y giros, y que se empeña en poner siempre "usted" cuando la autora utiliza el "vous", incluso en la cama, lo que al lector español resulta al principio risible y luego pesado. ( )