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El mundo de ayer es uno de los más conmovedores y atractivos testimonios de nuestro pasado reciente, escrito, además, con mano maestra por un europeo empapado de civilización y nostalgia por un mundo, el suyo, que se iba desintegrando a pasos agigantados. Escritos extraordinariamente popular y testigo de excepción de los cambios que convulsionaron la Europa del siglo XX entre las dos guerra mundiales, Zweig recuerda, desposeído y en tierra extraña, en unas circunstancias personales de insospechado dramatismo, los momentos fundamentales de su vida, paralela en mucho a la desmembración de aquella Europa central que se quería más libre y segura, al abrigo de la locura y la tormenta. El resultado es un libro capital, uno de los mejores de Zweig y referencia inexcusable para entender los desvaríos de un siglo devastador.

Estas memorias no se pueden comprender sin saber el momento en que fueron escritas, que por lo demás es el momento en que terminan. Zweig, después de ser un intelectual y artista archireconocido, se convierte en un apestado y un apátrida, huido de Austria y tolerado a medias en Gran Bretaña. Apenas un par de años después se suicidaría en Brasil, aterrorizado ante la idea de que los japoneses o los alemanes pudieran encontrarle también allí. Así que en este libro está respirando por su herida.

Naturalmente, nos cuenta sus amistades, sus viajes y sus cosas. Curiosamente, apenas roza su vida privada y nos enteramos de refilón que tuvo dos mujeres a las que apenas menciona y nunca por sus nombres; no nos dice si tuvo hijos. En lo que sí muestra mucho interés es en presentarse como un europeísta y pacifista total. Así que al final, más que de su vida, nos enteramos de cómo se veía él al comenzar la II guerra mundial. Eso sí, oficio de escritor tiene y las 500 páginas se leen francamente bien. ( )

El mundo de ayer es uno de los más conmovedores y atractivos testimonios de nuestro pasado reciente, escrito además con mano maestra por un europeo empapado de civilización y nostalgia por un mundo, el suyo, que se iba desintegrando a pasos agigantados. Escritor extraordinariamente popular y testigo de excepción de los cambios que convulsionaron la Europa del siglo XX entre las dos guerras mundiales, Zweig recuerda, desposeído y en tierra extraña—en unas circunstancias personales de insospechado dramatismo—, los momentos fundamentales de su vida, paralela en mucho a la desmembración de aquella Europa central que se quería más libre y segura, al abrigo de la locura y la tormenta. El resultado es un libro capital, uno de los mejores de Zweig y referencia inexcusable para entender los desvaríos de un siglo devastador. ( )

Soy fanático de Zweig pero, no sé por qué, este libro me aburrió. Me quedo con sus biografías, en particular la insuperable "María Antonieta", obra maestra del análisis psicológico, fino estudio de época, análisis histórico y amena forma de narrar. Nada de esto ocurre en esta obra. ( )