El libro Brujas la Muerta es la historia de una ciudad, a donde llega Hugues Viane tras las huellas de su amada. En esta novela, Georges Rodenbach hace viajar a su personaje a donde había estado con su mujer, ya muerta, sin que la melancolía influya en su gozo. A la esposa muerta tenía que corresponderle una ciudad muerta. La vida no le sería soportable más que allí. Él precisaba de un silencio infinito y una existencia tan monótona que no le diese apenas la sensación de vivir. ¡Y qué triste era Brujas al final de esas tardes! Así la quería él.… (más)
Rodenbach ciertamente podrÃa codearse con los mejores autores del siglo XIX, entre los simbolistas, pero Brujas la muerta es una cosa ligeramente distinta. Es la única obra que conocÃa de Rodenbach, y además pienso que es más conocida por autores que por lectores, dada su influencia en literatura, pero sobre todo en cine y en música.
"Brujas la muerta" tiene el ingrediente urbano que la hace incomparable. Me parece extraordinario el hecho de que la acción vaya inseparablemente unida a una geografÃa, a una ciudad como Brujas, gris, triste, muy alejada de la luminosidad de la ciudad actual. Una oscuridad que todavÃa se conservaba a caballo entre los siglos XIX y XX y que fascinó a un buen puñado de artistas.
Brujas es protagonista absoluta, planteada como una simbiosis perfecta entre la tristeza de sus calles y la del Hugues Viane, siempre de luto, bordeando los canales de aguas lentas y oscuras. La ciudad lo empuja, lo define, lo modela hacia la melancolÃa; condena su pecado, su blasfemia; enmarca el paso fantasmal de la muerte.
Como dije, es una novela que fascina a los artistas, empezando por Korngold Erich Wolfgang, que la utilizó para el libreto de su ópera "La ciudad muerta" ("Die tote Stadt": German Libretto, 1920), y terminando con Hitchcock. Sobre la ópera, tuve la suerte de verla representada en el Liceu hace tres o cuatro años, y desde entonces no puedo quitármela de la cabeza. En el programa de mano se comentaba que La ciudad muerta fue, a su vez, la que inspiró a Fritz Lang para su pelÃcula Las tres luces (1921), que para muchos es realmente su primera obra; esta asà mismo fue la que inspiró a Buñuel para dedicarse al cine, etc., etc., etc., y asà una red infinita de influencias.
And Hughes kept repeating, 'Dead . . . dead . . . dead town . . . Bruges-la-Morte . . .' mechanically, in an expressionless voice, trying to match -- 'Dead . . . dead . . . dead town . . . Bruges-la-Morte . . .' -- the cadences of the last bells, weary and slow, little, worn-out bells which seemed to be shedding petals -- was it on the town? was it on a grave? -- from flowers of iron.
El libro Brujas la Muerta es la historia de una ciudad, a donde llega Hugues Viane tras las huellas de su amada. En esta novela, Georges Rodenbach hace viajar a su personaje a donde había estado con su mujer, ya muerta, sin que la melancolía influya en su gozo. A la esposa muerta tenía que corresponderle una ciudad muerta. La vida no le sería soportable más que allí. Él precisaba de un silencio infinito y una existencia tan monótona que no le diese apenas la sensación de vivir. ¡Y qué triste era Brujas al final de esas tardes! Así la quería él.
La defino como gótica porque, a pesar de que fue escrita a finales del XIX, al final de la cuesta del simbolismo, conserva temáticamente todos los rasgos de la decadencia y el misterio de lo gótico. Es, por asà decirlo, una novela gótica contemporánea. ¿Qué tiene de gótica? La ciudad, anclada en sus espacios medievales y oscuros. ¿Qué tiene de contemporánea? Todo lo demás. Bajo el espÃritu mÃstico y torturado de Hugues Viane, el protagonista, se esconde mucho de velado erotismo necrófago, de pesadilla absoluta, cuya vida se sustenta a base de, como se dice en la novela, "gozos fúnebres y violentos". Formalmente, sin embargo, bebe de las mismas fuentes que Joris-Karl Huysmans o Paul Valéry.
"Brujas la muerta" tiene el ingrediente urbano que la hace incomparable. Me parece extraordinario el hecho de que la acción vaya inseparablemente unida a una geografÃa, a una ciudad como Brujas, gris, triste, muy alejada de la luminosidad de la ciudad actual. Una oscuridad que todavÃa se conservaba a caballo entre los siglos XIX y XX y que fascinó a un buen puñado de artistas.
Brujas es protagonista absoluta, planteada como una simbiosis perfecta entre la tristeza de sus calles y la del Hugues Viane, siempre de luto, bordeando los canales de aguas lentas y oscuras. La ciudad lo empuja, lo define, lo modela hacia la melancolÃa; condena su pecado, su blasfemia; enmarca el paso fantasmal de la muerte.
Exactamente, y asà enlazo con sus influencias sobre otras obras y otros autores, es el mismo protagonismo que tiene San Francisco en Vértigo (1958), la pelÃcula de Alfred Hitchcock, quien concretamente se basó en "De entre los muertos", la novela policiaca de Boileau-Narcejac (1954), que no era otra cosa que la adaptación más o menos acertada de la de Rodenbach. Vértigo y Brujas la muerta no comparten trama, pero sà espÃritu y un par de escenas, muy visuales en la novela, muy literarias en la pelÃcula, que son calcadas. Y hablando de cine, no he podido evitar el recordar, mientras leÃa, la pelÃcula de François Truffaut "La habitación verde" (1978), donde Gérard Mazet, el protagonista, rinde culto a su mujer tan obsesivamente, con tanta parafernalia y ritualidad, como lo hace Hugues Viane con la suya. Aunque en este caso sea la adaptación de una novela de Henry James.
Como dije, es una novela que fascina a los artistas, empezando por Korngold Erich Wolfgang, que la utilizó para el libreto de su ópera "La ciudad muerta" ("Die tote Stadt": German Libretto, 1920), y terminando con Hitchcock. Sobre la ópera, tuve la suerte de verla representada en el Liceu hace tres o cuatro años, y desde entonces no puedo quitármela de la cabeza. En el programa de mano se comentaba que La ciudad muerta fue, a su vez, la que inspiró a Fritz Lang para su pelÃcula Las tres luces (1921), que para muchos es realmente su primera obra; esta asà mismo fue la que inspiró a Buñuel para dedicarse al cine, etc., etc., etc., y asà una red infinita de influencias.