Narra la vida de varias personas cuya vida parece estar conectada de alguna manera. Matty, quien apareció en medio de un incendio causado por un ataque a Londres durante la segunda guerra mundial. Sophie, una hermosa mujer que utilizará su belleza para su beneficio y el señor Pedigree, quien por su condición de homosexual sufre del rechazo y la pérdida del orgullo.

Librería 7. Estante 3.

Un libro inquietante ya desde la presencia de sus personajes principales. Uno, Matty, surge literalmente del fuego de un bombardeo durante la II Guerra Mundial y, milagrosamente salvado pero con fuertes cicatrices físicas y espirituales, va a parar a Australia, donde sufre una especie de iniciación violenta de manos de un aborigen y, de vuelta a su ciudad inglesa, deviene en una especie de oscuro santón o vidente. Otra, Sophy, vive con su hermana melliza en un establo acondicionado en la casa de su padre, que apenas se ocupa de ellas, hasta que la hermana desaparece y Sophy inicia una vida de delincuencia y cierta depravación. Como tercer personaje, un viejo pederasta, antiguo profesor en la escuela de huérfanos donde Matty fue recogido. Todos ellos, con un par de añadidos más, pasan por episodios diversos, en general oscuros, para acabar reunidos en su antiguo barrio londinense en aras de un dramático y poco aclarado final.

Golding utiliza toda la variedad posible de subjetividades narrativas, de modo que no sabemos qué ocurre, sino la percepción que los personajes tienen de lo que ocurre. Por eso, lo real se mezcla insensiblemente con lo imaginado o soñado, las intenciones con lo efectivamente sucedido, y las verdades con las medias mentiras. El conjunto resulta francamente difuso, oscuro y desagradable, seguramente a propósito. No en vano, uno de los iconos principales de la obra es una letrina pública, al parecer utilizada por el viejo pederasta en sus incursiones por el cercano parque infantil. Nadie, y menos el lector, sabe muy bién por qué pasa lo que pasa, y ni siquiera qué es exactamente lo que está pasando. Por eso, la novela me ha transmitido un claro desasosiego (lo que, supongo, era intención del autor y no deja de tener su mérito), pero no ha sido suficiente para que la pueda considerar obra maestra, apenas novela de buen pasar. ( )