Dícese de un tipo que se gana la vida escribiendo libros de viajes, aunque presume de "periodista e historiador", y que pretende escribir lo que dice el subtítulo como si fuese una guía de visita. Resultado: quizá interese a los que creen que divulgación es hacer cualquier cosa para que quede bonito, pero es un engaño para mi, que esperaba encontrarme con un libro serio. No existe una sola referencia bibliográfica precisa; es más, muchas veces se mencionan sucesos o dichos sin preocuparse de indicár quién lo dijo o cuándo sucedieron. Sólo aparece un mapa, muy general, al principio. Las tres cuartas partes de las páginas se dedican a la parte europea del imperio, y apenas hay una o dos referencias a Alejandría, Bagdag, Damasco o Túnez, que uno creería meros villorrios comparados con Belgrado. Constantinopla es el imperio, y lo demás meros apéndices. Uno no llega a saber bien la distinción entre sultán y califa. Se pueden establecer paralelismos directos y sin contemplaciones entre el siglo XIV y el XIX para sustentar las opiniones sobre el "carácter" turco. Todo ello, sobrevolado por una inmensa cantidad y variedad de tópicos, escenas coloristas, evocaciones falseadas (o al menos no sustentadas en nada). El autor cree poder compensar todo esto con una cronología y una bibliografía final, que aparecen desconectadas del texto. En resumen, tiempo y dinero perdido. ( )