Es una colección de conferencias y textos inéditos del filósofo francés, uno de los paladines del existencialismo cristiano. La mayoría de los textos se escribieron y vieron la luz durante la ocupación alemana en la II Guerra Mundial. En conjunto, son un coñazo. Salvaría algunos en los que se digna bajar a la calle, y habla de forma inteligible sobre la paternidad, la familia o la muerte. Pero cuando hace crítica de libros de Sartre o de poemas de Rilke duerme al más nervioso. Por eso he tardado tanto en leerlo. Es verdad que seguramente son textos escritos para especialistas (algunos ni siquiera habían sido publicados antes), pero no dejan de tener un tono pretencioso. En fin, este hombre, junto con otros como Blondel o Mauriac, tienen el mérito de haber intentado en serio hacer filosofía desde el cristianismo. Irremisiblemente, o se queda uno sin decir nada o acaba haciéndose teólogo. Una cosa es presentar de forma razonable el cristianismo, que es relativamente fácil de hacer, y otra muy distinta pretender filosofar como si uno no fuese cristiano, cosa casi imposible. ( )