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Cargando... El sindicato de policía yiddish (2007)por Michael Chabon
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Inscríbete en LibraryThing para averiguar si este libro te gustará. Actualmente no hay Conversaciones sobre este libro. ¿En qué situación se encontrarían miles de judíos desplazados por las autoridades internacionales a un lugar como Alaska? El sindicato de policías yiddish imagina una historia alternativa en la que, durante más de sesenta años, los judíos refugiados y sus descendientes han vivido tranquilamente en el distrito federal de Sitka, un espacio temporal dependiente de Estados Unidos en el que los judíos han residido en paz. Sin embargo, el sueño de "un hogar para los judíos" parece llegar a su final, y una vez más la Historia los arrastra a un destino incierto. En este contexto el asesinato de un carismático miembro de la comunidad judía servirá para poner de manifiesto las poderosas fuerzas ocultas que manejan los habitantes de Sitka, así como la capacidad analítica del fabuloso detective Meyer Landsman. "¿Qué habría sucedido si tras la Segunda Guerra Mundial no se hubiera crado el Estado de Israel? ¿En qué situación se encontrarían miles de judíos desplazados por as autoridades internacionales a un lugar como Alaska? El sindicato de policía yiddish imagina una historia alternativa en la que, durante más de sesenta años, los judíos refugiados y sus descendientes han vivido tranquilamente en el distrito federal de Sitka, un espacio temporal dependiente de Estados Unidos en el que los judíos han residido en paz. Sin embargo, el sueño de "un hogar para los judíos" parece llegar a final, y una vez más la Historia los arrastra a un destino incierto. En este contexto, el asesinato de un carismático miembro de la comunidad judía servirá para poner de manifiesto las poderosas fuerzas ocultas que manejan los habitantes de Sitka, así como la capacidad analítica del fabuloso detective Meyer Landsman." (edit. promo.) "Corren tiempos extraños para ser un judío" es lo que se lee a lo largo de la novela una y otra vez. Pero es que, ¿cuándo fueron tiempos normales para los judíos? Una comunidad desarraigada y a la que le han caído palos por todas partes. En esta novela resulta que están incluso más desarraigados aún porque ni siquiera han conseguido poner el pie en la tierra prometida. Los judíos de Chabon (spoiler) han perdido la Guerra de los Seis Días y se han visto obligados a ocupar una zona de la costa de Alaska en virtud de un acuerdo de asentamiento conseguido con el gobierno de los USA. Pero se trata de un acuerdo con fecha de caducidad y la tan temida "revocación" llega dentro de un par de meses a Sitka (/spoiler) Como es lógico, este hecho tiene bastante revuelta a la comunidad judía de Alaska. Una gente que pensaba encontrar "la tierra prometida" entre osos polares e iglús y que ha visto cómo las ilusiones y las promesas se han deshecho en la continua lluvia que padece el territorio. Chabon nos acerca a los judíos de una forma tan entrañable que para cuando te has dado cuenta ya estás dentro, tropezando con negocios y establecimientos adoptados a la norma judía e irremisiblemente atraído a la isla que monopoliza una de las sectas ortodoxas más influyentes y macarras. Y es que ese es otro dato curioso, las sectas ortodoxas ("sombreros negros" les llaman el resto de judíos y parece que les tienen bastante paquete, por lo menos en el libro) al considerarse ajenas a la ley convencional y regirse sólo bajo los designios de la Torah resultan ser unas mafias de cuidado en las que el personaje más importante, después del rabino, es el encargado de crear puertas y dinteles con cuerdas sobre el mapa que definan el ámbito de recinto que les permita a los judíos no pecar mortalmente en sabbath. El libro me recuerda bastante (y no sé por qué) a Drop City de Boyle, una novela en la que una comuna de hippies que han sido desalojados de una granja se van a Alaska para volver a montar la comuna (aunque allí les come la mierda) Otro recuerdo que me trae es el de Todo está iluminado de Safram Foer, precisamente por la forma diametralmente opuesta que tiene de acercarte (alejarte) a la comunidad judía. Una forma más oscura, húmeda y aburrida que coincide más con el imaginario popular que se puede haber hecho la gente a cuenta de los judíos. De hecho, aunque en El sindicato... hay bastantes palabras yiddish (y en dialecto de Sitka, lo que tiene más cojones) terminas por ni mirar el glosario del final porque te has metido tan adentro que recuerdas los significados, mientras que la novela de Foer ni siquiera la terminé.
Chabon is a spectacular writer. He does a witty turn reinventing Yiddish for the modern Alaskan Jews - of course the lingua franca of Jews without an Israel - just a little of which I, with only faintly remembered childhood Yiddish, could grasp. A mobile phone is a shoyfer (perhaps because, like the ram's horn, it calls you), a gun is a sholem (a Yiddish version of a Peacemaker?). Chabon is a language magician, turning everything into something else just for the delight of playing tricks with words. He takes the wry, underbelly vision of the ordinary that the best of noir fiction offers and ratchets it up to the limit. Nothing is allowed to be itself; all people and events are observed as an echo of something else. Voices are like "an onion rolling in a bucket", or rusty forks falling. An approaching motorcycle is "a heavy wrench clanging against a cold cement floor. The flatulence of a burst balloon streaking across the living room and knocking over a lamp." Chabon's ornate prose makes Chandler's fruity observations of the world look quite plain. Nothing is described as just the way it is. Nothing is let be. He writes like a dream and has you laughing out loud, applauding the fun he has with language and the way he takes the task of a writer and runs delighted rings around it. For the most part, Chabon's writing serves the knotted mystery that is being unravelled, but there is eventually a point where it begins to weary the mind, where the elaborations of things get in the way of the things themselves and the narrative gets sucked under by style. The compulsory paragraph of Byzantine physical description whenever another character arrives on the scene starts to seem an irritating interlude; another over-reaching cadenza. Though it seems churlish to complain about such a vivid talent, a little less would have been enough already. It’s obvious that the creation of this strange, vibrant, unreal world is Chabon’s idea of heaven. He seems happy here, almost giddy, high on the imaginative freedom that has always been the most cherished value in his fiction. Some of the pleasures of The Yiddish Policemen’s Union are, actually, distinctly Dan Brown–ish. Mr. Chabon often ends chapters with cliffhangers that might be tiresome in the hands of a lesser writer (say, Dan Brown). Here, they’re over-the-top suspenseful, savory and delicious. More important, Mr. Chabon has so thoroughly conjured the fictional world of Sitka — its history, culture, geography, its incestuous and byzantine political and sectarian divisions — that the reader comes to take its existence for granted. By the end of the book, we feel we know this chilly piece of northern real estate, where Yiddish is the language of choice, the same way we feel we have come to know Meyer Landsman — this “secular policeman” who has learned to sail “double-hulled against tragedy,” ever wary of “the hairline fissures, the little freaks of torque” that can topple a boat in the shallows. This novel makes you think, but it is an ordeal to read. The problem: Chabon has mixed two very dark story lines that jar the reader. There is the real tragedy of Sitka's wandering Jews, and then there is the faux bleakness of the noir genre with its posturing attitude. The central character comes across as a Jewish Humphrey Bogart wannabe, not a three-dimensional character who can shoulder a 400-plus-page novel about exile, fanatics and longing. Contenido enAparece abreviada enPremiosDistincionesListas de sobresalientes
In a world in which Alaska, rather than Israel, has become the homeland for the Jews following World War II, Detective Meyer Landsman and his half-Tlingit partner Berko investigate the death of a heroin-addled chess prodigy. No se han encontrado descripciones de biblioteca. |
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