Esta fue sin duda una de las máximas novelas dentro de las favoritas de mi preadolescencia, y un punto de referencia mundial para el tipo de narraciones calificadas como "de mundo perdido".

Rider Haggard fue el creador del aventurero Allan Quattermain, protagonista de "Las minas del rey Salomón", y que es, en definitiva, uno de los grandes antecedentes tenidos en cuenta por Spielberg cuando diseñó a su personaje estrella, nuestro querido Indiana Jones.

A mi modo de ver, "Ella" es todavía superior a "Las minas del rey Salomón", y quizás a cualquier otra novela del género que se haya escrito nunca. Para apoyar esta opinión, me remito a sus connotaciones e influencia.

"Ella" es una narración que, si se lee en la adolescencia, como me pasó a mí, ya no se olvidará jamás. No en vano fue considerada en las encuestas del final del siglo XIX como la mejor novela fantástica escrita en todos esos cien años.
¿Cuál es el secreto de "Ella"? Quizás precisamente que sea toda misterio. No sabemos con qué nos atrapa en mayor medida.

O quizás sí lo sepamos. Tal vez sea ese puñado de sal mágica que no cae en la empalagosa magiorrea que se cisca a diestra y siniestra en las actuales novelas para adolescentes. Es una novela mágica y no una caricatura de la misma. Su magia es el elemento arcano de lo desconocido, de lo ya olvidado, de las fuerzas de la naturaleza cuya razón ignoramos y que no podemos controlar.

Después está la otra parte, seguramente la más fuerte, la del subconsciente. El autor explora en "Ella" la caracterización del eterno ideal femenino que se figura en la mente masculina; el Santo Grial de la mujer, mujer, que a todo hombre le gustaría amar. La mujer soñada e inexistente excepto en el inconsciente colectivo. "Ella" nos pone a soñar.

Por esta razón fue recurrentemente citada por Freud y por Jung como arquetipo de la figura de su sexo. Pero en realidad ¿qué hay detrás de todo eso? Sólo se nos revelará la respuesta cuando la protagonista se atreva a desafiar el favor de las fuerzas que la hicieron así, con la seguridad y el aplomo que le proporciona su narcisismo cultivado durante siglos.

"Ella" es la más grande historia de amor y de celos que pueda imaginarse. O de un amor en busca de una historia que cruza incólume los eones del tiempo y del espacio.
Todo esto es lo que hace maravillosa a "Ella". ( )