Después de tres años de retiro, Harry Bosch se reincorpora a la unidad de Casos Abiertos del Departamento de Policía de Los Ángeles. En compañía, de nuevo, de Kiz Rider, Bosch intentará resolver el caso de Rebecca Verloren, una joven mestiza brutalmente asesinada diecisiete años atrás. Gracias a las nuevas tecnologías, se ha podido extraer el ADN de una muestra de sangre hallada en el revólver con el que se cometió dicho crimen. La sangre corresponde al militante de la extrema derecha Mackey, lo que hace sospechar a Bosch y Rider de un crimen por motivos racistas; un indicio más que probable para desentrañar un asesinato que en su momento consternó a la opinión pública. Y es que, a pesar del paso de los años, Bosch sigue siendo uno de los mejores detectives de la ciudad... y ha vuelto para demostrarlo y para acallar las voces de los agoreros.

Después de tres años de retiro, Harry Bosch está de vuelta en la unidad de Casos Abiertos del Departamento de Policía de Los Ángeles. Trabajando de nuevo con su antigua compañera Kiz Rider, intentará cerrar algunos casos no resueltos. Rebecca Verloren, una joven mestiza, fue brutalmente asesinada diecisiete años atrás. Las nuevas tecnologías han permitido extraer el ADN de una muestra de sangre hallada en el revólver utilizado para cometer el crimen corresponde a Mackey. Un hombre que forma parte de un grupo de supremacistas blancos, lo cual hace sospechar a Bosch y a Rider que el móvil del crimen ha sido racial. Juntos comenzarán la investigación para resolver un asesinato que había dejado a los padres de la víctima frustrados y al culpable impune. Pero ¿ por qué los detectives encargados del caso entonces no siguieron esa pista? Aunque un poco oxidado por el paso de los años, Bosch sigue siendo uno de los mejores detectives, y vuelve para demostrarlo.