Nada más estallar la primera guerra mundial (es de suponer que se trata de la primera), una columna alemana arrasa la casa de Tarzán en Kenia (no me pregunten cómo ha ido a parar allí) y matan a todos sus habitantes, incluyendo a Jane. Tarzán, que estaba fuera enterándose del estallido de la guerra, dedica todo el libro, en primer lugar a vengarse de los autores materiales y luego a cruzar todo África para volver a la costa occidental donde está, impecablemente conservada, la cabaña de sus padres. Por el camino, tropieza con una espía alemana a la que salva la vida en varias ocasiones, por aquello de que es mujer, y con un aviador inglés con el que hace lo propio, esta vez por lealtad patria. Además, se encuentran con una maravillosa y extraña ciudad habitada por locos. Al final, resulta que lo que parecía el cadáver de Jane no lo era (imagino que su búsqueda será el argumento del siguiente título de la serie), y la espía alemana era en realidad una doble agente al servicio de su graciosa majestad. Así que todos contentos, como de costumbre. Da gusto leer estas cosas, tan inverosímiles y tan divertidas. Seguiré leyendo la serie y buscaré los títulos que faltan. De hecho, ya he encontrado alguno. ( )