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"La seguridad victoriana de su nueva casa no le proporcionará a la famosa actriz la paz - y mucho menos el olvido - cuando aquella mujer charlatana le dé la clave que buscó durante tantos años. ¿Puede una mujer aterrarse al mirar una bellísima madona renacentista? ¿Sólo esa mirada bastará para que Miss Marple pueda recomponer un drama del pasado y aclarar los crímenes del presente? Un viejo poeta olvidado y sus versos pasados de moda guiarán a esa anciana dama de St. Mary Mead hacia la solución de un enigma que resulta demasiado claro para ser verdad" (Descripción del editor).… (más)
La típica tranquilidad de St. Mary Mead se ve turbada por un acontecimiento cinematográfico: Marina Gregg y su marido, el productor Jason Rude, han comprado la casa de los Bantry. Los nuevos inquilinos deciden dar una fiesta a beneficio del hospital local a la que asisten todas las fuerzas vivas de la población. En el transcurso del guateque, muere Mrs. Badcock, al parecer de un ataque. Esto da mucho que pensar a miss Marple, dado que la salud de la difunta era excelente, y decide tirar de los hilos para deshacer la madeja del misterio.
Marina Gregg, famosa actriz de cine, compra la mansión de Gossington Hall, en St. Mary Mead, y da una fiesta a la que acuden sus nuevos vecinos. En el transcurso de la misma, una mujer muere por causas que parecen naturales. Sin embargo, basándose en una de sus singulares analogías, miss Marple observa algo raro en esa muerte y comienza a investigar
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Out flew the web and floated wide; The mirror crack'd from side to side; "The curse is come upon me," cried The Lady of Shalott. Alfred Tennyson
Out flew the web and floated wide; The mirror crack'd from side to side; "The curse is come upon me," cried The Lady of Shalott. --Alfred Tennyson
Dedicatoria
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To Margaret Rutherford in admiration
Primeras palabras
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Miss Jane Marple was sitting by her window.
Citas
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Well, Alison always saw her own point of view so clearly that she didn't always see how things might appear to, or affect, other people. (Chapter 2)
"I don't—didn't dislike her. But she's just not my type. Too interfering." "You mean inquisitive, nosy?" "No I don't," said Cherry. "I don't mean that at all. She was a very kind woman and she was always doing things for people. And she was always quite sure she knew the best thing to do. What they thought about it wouldn't have mattered." (Chapter 6.i)
"Why? Did she bully him?" "Oh, no," said Miss Marple, "but I don't think that she—well, she wasn't a considerate woman. Kind, yes. Considerate, no. She would be fond of him, and look after him when he was ill and see to his meals and be a good housekeeper, but I don't think she would ever—well, that she would ever even know what he might be feeling or thinking. That makes rather a lonely life for a man." (Chapter 8.ii)
"Well, frankly," said Mrs. Bantry, "I can't imagine anybody wanting to kill Heather Badcock. I've seen her quite a few times, on local things, you know. Girl Guides and the St. John Ambulance, and various parish things. I found her a rather trying sort of woman. Very enthusiastic about everything and a bit given to over-statement, and just a bit of a gusher. But you don't want to murder people for that. She was the kind of woman who in the old days if you'd seen her approaching the front door, you'd have hurried out to say to your parlourmaid—which was an institution we had in those days, and very useful too—and told her to say 'not at home' or 'not at home to visitors,' if she had conscientious scruples about the truth."
"You mean one might have taken pains to avoid Mrs. Badcock, but one would have no urge to remove her permanently." (Chapter 8.iii)
"Heather Badcock meant no harm. She never did mean harm, but there is no doubt that people like Heather Badcock (and my old friend Alison Wilde) are capable of doing a lot of harm because they lack—not kindness, they have kindness—but any real consideration for the way their actions may affect other people. She always thought of what an action meant to her, never sparing a thought for what it might mean to somebody else." (Chapter 23.i)
Últimas palabras
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She quoted softly the last lines of the poem: "He said, 'She has a lovely face; God in His mercy lend her grace, The Lady of Shalott."
"La seguridad victoriana de su nueva casa no le proporcionará a la famosa actriz la paz - y mucho menos el olvido - cuando aquella mujer charlatana le dé la clave que buscó durante tantos años. ¿Puede una mujer aterrarse al mirar una bellísima madona renacentista? ¿Sólo esa mirada bastará para que Miss Marple pueda recomponer un drama del pasado y aclarar los crímenes del presente? Un viejo poeta olvidado y sus versos pasados de moda guiarán a esa anciana dama de St. Mary Mead hacia la solución de un enigma que resulta demasiado claro para ser verdad" (Descripción del editor).
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