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Cargando... The Poems of Catullus (Oxford World's Classics) (edición 2009)por Catullus (Autor), Guy Lee (Traductor)
Información de la obraPoemas por Gaius Valerius Catullus (Author)
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Inscríbete en LibraryThing para averiguar si este libro te gustará. Actualmente no hay Conversaciones sobre este libro. POEMAS CATULO - ELEGÍAS TIBULO 392 página Este volumen reúne los versos de dos de los tres grandes poetas elegíacos romanos (el otro es Propercio, a quien se ha dedicado otro tomo de esta colección). Catulo (Verona, h. 84-h. 54 a.C.) fue, además, el creador de este género. De familia rica, viajó en su juventud a Roma, donde se introdujo en los círculos literarios de los que darían en llamarse neotéricos o novi poetae («nuevos poetas»), quienes tomaron como modelos no a sus antepasados romanos, sino a Calímaco y a los poetas griegos helenísticos, así como a líricos de siglos anteriores como Safo. Lo poco que sabemos de él es lo que revelan sus poemas, y lo principal de esto es su tempestuosa y apasionada relación con una mujer casada y bien situada, a la que se dirige con el nombre de Lesbia, pero que debió de llamarse Clodia en realidad. Catulo le dedica veinticinco poemas que abarcan todas las variantes del proceso amoroso, con múltiples y extremados altibajos. Estos poemas son los que más se recuerdan de su producción, que también incluye piezas de índole diversa (incidentes de la vida diaria, sátiras, críticas políticas, epitalamios...). Albio Tibulo (h. 55-19 a.C.), al parecer un importante caballero romano, se distinguió también en el cultivo de la poesía elegíaca. Amigo de Horacio y Ovidio, compuso dos libros de elegías, predominantemente amorosas, dedicadas a Delia (pseudónimo de Plania), a un muchacho (Marato) y a una chica (Némesis). Tibulo exaltó el amor romántico y apasionado, así como la bondad de la vida en el campo, y dedicó varios versos a su amistad con el gran político M. Valerio Mesala Corvino (al que probablemente acompañara en varias campañas). Su poesía pone de manifiesto delicadeza de sentimientos, cultura sin ostentación y buen gusto, así como un fino sentido del humor. ¡Si alguien tiene que elegir una traducción de Catulo al castellano, que sea ésta, la de Juan Antonio González Iglesias! La edición de Cátedra (que no la encuadernación, ya que la tengo, un tomo de casi 800 páginas, viene pegada, no cosida!!) es excelente. Está precedida de un extensísimo estudio de José Carlos Fernández Corte que incluye una bibliografía descomunal, creo que única en nuestro idioma. Los poemas vienen sin anotaciones, por lo que pueden leerse y disfrutarse sin ninguna nota que molete o distraiga. Las notas, para el que quiera profundizar la historia y el sentido del poema , están al final del libro que termina con un índice de nombres propios. La traducción es excelente para cualquier hispanohablante y supongo que será mejor para los españoles, ya que el traductor, para dar actualidad y vitalidad a los poemas, utiliza expresiones castizas y propias de la península que en nada desmerecen ni tergiversan el original, por el contrario, lo vivifican. Cito el poema 5, como ejemplo de esta excelente traducción: "Vivir, Lesbia, y amar. Vamos a ello. Los chismes de los viejos amargados nos tienen que importar menos que nada. Puede ponerse el sol, salir de nuevo, pero la breve luz de nuestros días una vez que se apague será noche que habremos de dormir, interminable. Dame mil besos ya, dame cien luego, y más tarde otros mil y otra centena, y mil más y cien más todos seguidos, y, al fin, cuando sumemos muchos miles, los desordenaremos. Ni siquiera nosotros lo sepamos. Que no pueda un envidioso echarnos mal de ojo si conoce el total de nuestros besos". Reitero, lo único reprochable es la pésima encuadernación de Cátedra. "Me preguntas cuántos besos tuyos, Lesbia, serían bastante para mí. Tan gran número como las arenas de Libia, que se extienden por Cirene, rica en laserpicio, entre el oráculo del ardiente Júpiter y el sagrado sepulcro del antiguo Bato; o como las estrellas que, cuando calla la noche, contemplan los furtivos amores de los hombres. Éstos son lo besos tuyos que bastarían a ese loco de Catulo; tantos que ni los curiosos pudieran contarlos ni echarles una maldición con venenosa lengua". Cayo Valerio Catulo. Carmen VII. Traducción de Joan Petit. Pág. 8 sin reseñas | añadir una reseña
Pertenece a las series editorialesLa Garba (2) Contenido enContieneEs una adaptación deListas de sobresalientes
En unos poemas el lector encontrará encanto, dulzura, delicadeza, sensualidad; en otros, amargura, insulto; pero siempre con elegancia y refinamiento. No se han encontrado descripciones de biblioteca. |
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Google Books — Cargando... GénerosSistema Decimal Melvil (DDC)874.01Literature Latin Latin lyric poetry to ca. 499, Roman periodClasificación de la Biblioteca del CongresoValoraciónPromedio:
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392 página
Este volumen reúne los versos de dos de los tres grandes poetas elegíacos romanos (el otro es Propercio, a quien se ha dedicado otro tomo de esta colección). Catulo (Verona, h. 84-h. 54 a.C.) fue, además, el creador de este género. De familia rica, viajó en su juventud a Roma, donde se introdujo en los círculos literarios de los que darían en llamarse neotéricos o novi poetae («nuevos poetas»), quienes tomaron como modelos no a sus antepasados romanos, sino a Calímaco y a los poetas griegos helenísticos, así como a líricos de siglos anteriores como Safo. Lo poco que sabemos de él es lo que revelan sus poemas, y lo principal de esto es su tempestuosa y apasionada relación con una mujer casada y bien situada, a la que se dirige con el nombre de Lesbia, pero que debió de llamarse Clodia en realidad. Catulo le dedica veinticinco poemas que abarcan todas las variantes del proceso amoroso, con múltiples y extremados altibajos. Estos poemas son los que más se recuerdan de su producción, que también incluye piezas de índole diversa (incidentes de la vida diaria, sátiras, críticas políticas, epitalamios...).
Albio Tibulo (h. 55-19 a.C.), al parecer un importante caballero romano, se distinguió también en el cultivo de la poesía elegíaca. Amigo de Horacio y Ovidio, compuso dos libros de elegías, predominantemente amorosas, dedicadas a Delia (pseudónimo de Plania), a un muchacho (Marato) y a una chica (Némesis). Tibulo exaltó el amor romántico y apasionado, así como la bondad de la vida en el campo, y dedicó varios versos a su amistad con el gran político M. Valerio Mesala Corvino (al que probablemente acompañara en varias campañas). Su poesía pone de manifiesto delicadeza de sentimientos, cultura sin ostentación y buen gusto, así como un fino sentido del humor.
FRAGMENTO:
Vivir, Lesbia, y amar. Vamos a ello.
Los chismes de los viejos amargados
nos tienen que importar menos que nada.
Puede ponerse el sol, salir de nuevo,
pero la breve luz de nuestros días
una vez que se apague será noche
que habremos de dormir, interminable.
Dame mil besos ya, dame cien luego,
y más tarde otros mil y otra centena,
y mil más y cien más todos seguidos,
y, al fin, cuando sumemos muchos miles,
los desordenaremos. Ni siquiera
nosotros lo sepamos. Que no pueda
un envidioso echarnos mal de ojo
si conoce el total de nuestros besos".