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Desde el mito antiguo, la tragedia griega y la teoría clínica, Edipo nos acompaña como una sombra de la que no pudiéramos librarnos. Nuestra cultura reitera regularmente su interpretación, nunca concluida. En la tragedia de Sófocles, Edipo no era sólo el héroe en lucha contra el destino, sino la figura en la que se cruzaban y entraban en conflicto los antiguos y los nuevos dioses, el poder de la naturaleza y el saber humano, los propios dioses y los hombres. Pero Edipo no cuenta una historia. Sólo señala un rasgo estructural de la relación entre el hombre y el ser: el fracaso. Hölderlin se revelará como el mejor lector de Sófocles, y en su extraña traducción de la tragedia, en la encrucijada de 1800, irá más allá del texto griego: la catástrofe humana es indisociable de la propia catástrofe divina. Hölderlin presentará con toda la expresividad moderna lo que en Sófocles eran primerizas señales: la imposibilidad de las palabras para ser sagradas, el propio fracaso de lo divino o la ruina de la conciencia. Esta versión ya no toma a Edipo solo como un rey, sino como la misma figura de lo humano. Finalmente, después de la utopía moderna, Pasolini reinstaurará artística y políticamente el mito, que se cuenta como historia cronológica y onírica que funde dos épocas distintas: la antigua Grecia y la Italia contemporánea. Definitivamente los dioses ya no están y el saber humano está obligado a pasar por la violencia para oponerse al poder. El final de la historia culmina igualmente en fracaso. Quizás Pasolini nos revela que nunca terminaremos de leer Edipo. Esta edición reúne el texto original griego de Sófocles, la versión de Hölderlin en alemán y la traducción de ambos al español, acompañados del filme Edipo re de Pasolini. En una inusual experiencia, el lector tendrá a la vista, en cada doble página del libro, los cuatro textos que revelarán su relación y también su profunda diferencia… (más)
(Ante el palacio de Edipo se presenta el SACERDOTE y un CORO mudo de ciudadanos) EDIPO Mis hijos, generación nacida de aquel antiguo Cad- mo', por qué en mi presencia os sentáis en los altares con ramos de suplicantes? La ciudad está al tiempo inundada de perfumes, de cantos de peanes', de lamentos; no quiero oir de otros mensajeros que vosotros qué significa esto; por eso estoy aquí, yo, quien todos llaman el glorioso Edipo. Mas ea, anciano, explícate, pues por tu edad debes hablar antes que éstos: por qué estáis aquí? Por miedo, implorar? ¡Habla sabiendo que yo quiero ayudaros en todo, porque sería insensible si no me apiadara de una...
Desde el mito antiguo, la tragedia griega y la teoría clínica, Edipo nos acompaña como una sombra de la que no pudiéramos librarnos. Nuestra cultura reitera regularmente su interpretación, nunca concluida. En la tragedia de Sófocles, Edipo no era sólo el héroe en lucha contra el destino, sino la figura en la que se cruzaban y entraban en conflicto los antiguos y los nuevos dioses, el poder de la naturaleza y el saber humano, los propios dioses y los hombres. Pero Edipo no cuenta una historia. Sólo señala un rasgo estructural de la relación entre el hombre y el ser: el fracaso. Hölderlin se revelará como el mejor lector de Sófocles, y en su extraña traducción de la tragedia, en la encrucijada de 1800, irá más allá del texto griego: la catástrofe humana es indisociable de la propia catástrofe divina. Hölderlin presentará con toda la expresividad moderna lo que en Sófocles eran primerizas señales: la imposibilidad de las palabras para ser sagradas, el propio fracaso de lo divino o la ruina de la conciencia. Esta versión ya no toma a Edipo solo como un rey, sino como la misma figura de lo humano. Finalmente, después de la utopía moderna, Pasolini reinstaurará artística y políticamente el mito, que se cuenta como historia cronológica y onírica que funde dos épocas distintas: la antigua Grecia y la Italia contemporánea. Definitivamente los dioses ya no están y el saber humano está obligado a pasar por la violencia para oponerse al poder. El final de la historia culmina igualmente en fracaso. Quizás Pasolini nos revela que nunca terminaremos de leer Edipo. Esta edición reúne el texto original griego de Sófocles, la versión de Hölderlin en alemán y la traducción de ambos al español, acompañados del filme Edipo re de Pasolini. En una inusual experiencia, el lector tendrá a la vista, en cada doble página del libro, los cuatro textos que revelarán su relación y también su profunda diferencia
(Ante el palacio de Edipo se presenta el SACERDOTE y un
CORO mudo de ciudadanos)
EDIPO
Mis hijos, generación nacida de aquel antiguo Cad-
mo', por qué en mi presencia os sentáis en los altares
con ramos de suplicantes? La ciudad está al tiempo
inundada de perfumes, de cantos de peanes', de
lamentos; no quiero oir de otros mensajeros que
vosotros qué significa esto; por eso estoy aquí, yo,
quien todos llaman el glorioso Edipo. Mas ea,
anciano, explícate, pues por tu edad debes hablar
antes que éstos: por qué estáis aquí? Por miedo,
implorar? ¡Habla sabiendo que yo quiero
ayudaros en todo, porque sería insensible si no me
apiadara de una...