Tengo este libro en casa desde hace más de treinta años. Forma parte de mi época «Alfaguara infantil y juvenil». Hace unos meses he empezado a leer o releer a Roald Dahl (últimamente Las brujas, Qué asco de bichos o La maravillosa medicina de Jorge). La traducción es de Pedro Barbadillo. Me gustan los libros de Dahl porque me gustan los libros de niños raros que salen adelante a pesar de ser raros. Me hubieran ayudado mucho a los ocho años, pero a esa edad ya no podía leer los libros infantiles habituales porque me deprimían, así que devoraba a Agatha Christie y la Biblioteca Salvat RTVE. Es una revancha, en cierta forma, como lo son los libros infantiles de Ana María Matute.

Un clásico que debe ser leído en edad escolar. ( )

Matilda es, en mi opinión, uno de esos clásicos infantiles que deben ser leídos por niños y no tan niños.
Me encanta la dulzura y capacidad de resolver problemas que posee Matilda. Ésta es una niña prodigio rodeada por unos padres y una directora de colegio que se empecinan en hacerle la vida imposible. Sin embargo, Matilda obtendrá el consuelo que puede darle su mejor amiga.

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Cuando vi el libro en el albergue, no tardé en cogerlo para leerlo de nuevo. La última que leí Matilda fue cuando era niña (y lo leí en ingles), y me alegro de recordarme de la protagonista magnífica.

Matilda es un genio viviendo con padres horrorosos. No solo no reconocen que su hija sea super-dotada, sino también intentan de hacerle tan estúpidos como ellas. Como dice su madre, hay que elegir entre libros y belleza para tener éxito en este mundo. Menos mal que Matilda tiene personas que quieren ayudarle, la señora de la biblioteca y su profesora. Como el libro fue escrito por el autor Roald Dahl, se puede contra con adversarios malísimos, y ningún lector sera desilucionado con la directora del cole, la señorita Trunchball.

Con los dibujos de Quentin Blake, Matilda es un libro que capturaría la imaginación de todos que lo lee, tanto niños como adultos. ( )