Pulse en una miniatura para ir a Google Books.
Cargando... Los nombres muertos (2013)por Jesus Cañadas
Ninguno Cargando...
Inscríbete en LibraryThing para averiguar si este libro te gustará. Actualmente no hay Conversaciones sobre este libro. En 1919, el escritor Howard Phillips Lovecraft escribió el relato "El sabueso". En sus páginas se mencionaba por primera vez el Necronomicón, un tomo de magia negra rodeado de una siniestra leyenda. Doce años después, la viuda de un multimillonario neoyorquino convence a H.P. Lovecraft de que lidere una expedición para encontrar el supuesto libro maldito. sin reseñas | añadir una reseña
No se han encontrado descripciones de biblioteca. |
Debates activosNinguno
Google Books — Cargando... GénerosValoraciónPromedio:
¿Eres tú?Conviértete en un Autor de LibraryThing. |
Es la única palabra que puede describir mis sentimientos al cerrar este libro. Una historia irregular, con grandes altibajos en el ritmo que prometía mucho más de lo que finalmente ofrece.
Su punto de partida no puede ser más atractivo, ¿y si lo que escribiera Lovecraft fuera real y los horrores que describe estuvieran ahí, aguardando?
Una idea con la que ha fantaseado, diría, todo lector del autor de Providence. Jesús Cañadas hace algo más, se pone a trabajar en ello y nos ofrece un trabajo que funciona por acumulación, una abrumadora superposición que, desde mi punto de vista, lastra toda la historia.
Junto a Lovecraft tenemos a Robert E. Howard, Frank Belknap Long, Arthur Machen, Sonia Green pero también a J.R.R. Tolkien o Aleister Crowley, infinidad de personajes que confluyen en la historia, más por gusto del autor o como metabroma (Tolkien pujando por una edición de Beowulf), que por verdadera necesidad de la historia.
Por otro lado, Cañadas nos propone un juego difícil de asumir que le lleva a escamotear numerosa información al lector. Cada vez que lo sobrenatural amenaza con aparecer el narrador se desmaya (como irónicamente dice el propio Lovecraft que es lo más elegante) o se cambia de escenario para ocultar lo ocurrido. Recurso que utiliza demasiadas veces, provocando una profunda irritación en el lector.
A esta “trampa” hay que añadir la necesidad de engañar continuamente con la propia figura de Lovecraft. Es una historia en la que todos buscan el Necronomicón, que sabemos que Lovecraft inventó, pero el personaje nunca termina de desmentir o de aceptar que se inspiró en algo, juega al equívoco de una manera constante y para ello cuenta con el rendido apoyo del autor, que le ofrece coartadas sinnúmero para que el lector permanezca en el juego. Desgraciadamente, se nota demasiado.
Demasiados circunloquios, vueltas y cambios de escenarios para una resolución que se antoja bastante pobre.
Cierto es que el ritmo es ágil, aunque haya una extraña mezcolanza de pasajes, unos más poéticos o cercanos al horror personal y otros totalmente desatados, puro pulp, exceso de pulp que recuerdan más bien a una partida de rol de La llamada de Cthulhu desmadrada -todo el pasaje del museo Británico-.
Queda una muy interesante recreación del propio Lovecraft, filias y fobias, el artificio de su personalidad fuera de tiempo, y un sentido homenaje, no lo dudo, a ese grupo de escritores que tan buenos ratos nos han hecho pasar. ( )