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Elche - 2013 ( )

El francotirador paciente de Pérez-Reverte. Sin lugar a dudas, lo peor que he leído de Reverte, autor que me gusta mucho en su faceta histórica (no sólo Alatriste sino, por ejemplo, esa gamberrada deliciosa que es La sombra del águila, replicada con menor tino en Cabo Trafalgar) y algo menos cuando hace novelas contemporáneas. Tipo que sé de buena tinta íntegro pero que compone un personaje que cada vez me cansa más y, a veces, me irrita. En fin, a lo que iba.

Esta incursión en el mundo grafitero es del todo prescindible y a todas luces está escrito con el piloto automático, recurriendo a algunos clichés revertianos, escamoteando más información de la habitual al lector, haciendo trampas a porrillo y a cambio no ofrece absolutamente nada. Quizás, de ser cierto, Reverte se lo haya pasado reviviendo su pasado de periodista comanche e incursionando con grafiteros auténticos pero apenas logra transmitir algo al lector.

Y el oficio como escritor que se le presupone a duras penas basta para que el libro se pueda leer.

Lo cierto es que según recuerdo el libro más me cabreo.

Para tirar a la basura. ( )

La ciudad es un campo de batalla. Un artista callejero lanza desafíos como si fueran bombas. El único arte posible es un ajuste de cuentas. Un encargo editorial pone a Alejandra Varela, especialista en arte urbano, tras la pista de Sniper, un reconocido artista del grafiti, promotor de acciones callejeras al límite de la legalidad —algunas de ellas con resultados fatales— del que casi nadie ha visto jamás el rostro ni conoce el paradero. La búsqueda conducirá a la protagonista de Madrid a Lisboa, y de ahí a Verona y Nápoles en su intento por descifrar cuál es el objetivo al que apunta la mira mortal del cazador solitario. El francotirador paciente es un thriller que apasiona, un formidable duelo de inteligencias, un juego al límite entre perseguidor y presa. Porque el tiempo no es lo más importante cuando quedan cuentas pendientes. ( )

Un encargo editorial pone a Alejandra Varela, especialista en arte urbano, tras la pista de Sniper, un reconocido artista del grafiti, promotor de acciones callejeras al límite de la legalidad -algunas de ellas con resultados fatales- del que casi nadie ha visto jamás el rostro ni conoce el paradero. La búsqueda conducirá a la protagonista de Madrid a Lisboa, y de ahí a Verona y Nápoles en su intento por descifrar cual es el objetivo al que apunta la mira mortal del cazador solitario.