Un libro divertido e intuitivo que encanta desde la primera página a la última... y es que alguien que, sin tener ni idea y sin pensárselo dos veces, se mete a reconstruir y llevar un cortijo en un rincón perdido de la sierra de España, claramente no puede estar haciendo nada malo, todo lo contrario, puede ser que por esa razón haya logrado vender un millón de libros y se haya traducido a quince idiomas.

El autor se va con su mujercita inglesa a vivir a las Alpujarras granadinas... en fin.. ( )

"Entre limones es una de esas cosas raras y maravillosas: un libro divertido e intuitivo que encanta desde la primera página a la última... y es que alguien que, sin tener ni idea y sin pensárselo dos veces, se mete a reconstruir y llevar un cortijo en un rincón perdido de una sierra de España, claramente no puede estar haciendo nada malo. Chris nos transporta a Las Alpujarras, una excéntrica región del sur de Granada (España), y nos mete en una serie de contratiempos con una combinación simpática de granjeros y pastores campesinos, viajeros New Age y expatriados. El verdadero héroe del asunto, sin embargo, es el cortijo que él y Ana compraron: "El Valero" -un auténtico parche de montaña lleno de aceitunas, almendros y limones, asentado en el lado equivocado de un río, con ninguna vía de acceso, ni abastecimiento de agua ni
electricidad, ¿Podría ofrecer la vida algo mejor?"
(edit. promo.)

Un libro que en su momento fue un bombazo y que ha tenido continuación (El loro en el limonar) pero que me ha dejado un poco frío.
El tipo de aventurilla me recuerda un poco a un libro que leí de chinorris en la ikas (Euskal Herriari bira asto baten gainean edo holango zeuzer, ez dut izenburua zuzen-zuzen gogoratzen) pero también ofrece un detalle bastante a tener en cuenta de toda la marejada de guiris que se han bajado a Las Alpujarras después de la fiebre de Brenan: cuando las cosas se ponen un poco chungas (que llueve poco o que llueve demasiado en una tromba) la gente vuelve a su lugar de origen (excepto los protagonistas de la novela porque lo han invertido todo en esa propiedad y no tienen a dónde ir) con lo cual tampoco se puede asegurar que se trate de una verdadera población (es de lo que se quejan en Iparralde, que por lo visto este tipo de población lo único que hace es encarecer la vivienda y los servicios de los alrededores). En fin.

Por cierto, que el protagonista del libro era el batería de Genesis

Entre limones es una de esas cosas raras y maravillosas: un libro divertido e intuitivo que encanta desde la primera página a la última…y es que alguien que, sin tener ni idea y sin pensárselo dos veces, se mete a reconstruir y llevar un cortijo en un rincón perdido de una sierra de España, claramente no puede estar haciendo nada malo. Chris nos transporta a Las Alpujarras, una excéntrica región del sur de Granada (España), y nos mete en una serie de contratiempos con una combinación simpática de granjeros y pastores campesinos, viajeros New Age y expatriados. El verdadero héroe del asunto, sin embargo, es el cortijo que él y Ana compraron: «El Valero» —un auténtico parche de montaña lleno de aceitunas, almendros y limones, asentado en el lado equivocado de un río, con ninguna vía de acceso, ni abastecimiento de agua ni electricidad. ¿Podría ofrecer la vida algo mejor? ( )

Delicioso. Historia de una familia inglesa que lo deja todo para irse a vivir a una casa de campo en plena Alpujarra granadina de los años sesenta del siglo pasado. Un retrato costumbrista que se lee de corrido ( )