Durante el verano de 1978, el Zarco, Tere y el Gafitas se dedican a dar tirones, robar coches, desvalijar casas y atracar bancos, unidos por una atracción tan extraña como indestructible. Veinte años más tarde, el Gafitas se ha convertido en el abogado más notable de la ciudad y recibe el encargo de defender al Zarco, convertido en el delincuente más famoso de España. Tere, por su parte, vuelve a funcionar como el lazo enigmático entre estos dos hombres tan diferentes y al mismo tiempo tan necesitados el uno del otro.

Un libro que, aunque compré su primera edición, siempre me produjo dificultad abordar su lectura. La aparición de la película inspirada en el libro me devolvió la voluntad de leerlo. Y esta vez sí. Destaco el estilo del autor de narrar los hechos a través de largas conversaciones con los protagonistas de la novela. Muy singular y muy efectivo. Recomiendo muy vivamente su lectura. ( )

Buena historia, atractiva, amena y con ritmo. Bien narrada, pensada y pulida, toda una obra maestra. Me encantan los personajes. El que haya visto películas de los 80 tipo Perros callejeros disfrutará con la novela. ( )

LAS LEYES DE LA FRONTERA (2012)
Javier Cercas
Otra vez nos vuelve a sorprender Javier Cercas después de sus dos anteriores éxitos, Soldados de Salamina (2001) y Anatomía de un instante (2009). Nos encontramos ante una de las perspectivas poco tratadas de la transición , la visión de la mitificada delincuencia de un sector juvenil de la que aquí realiza una radiografía inspirándose en uno de aquellos mediáticos personajes conocido como El vaquilla, de nombre Juan Moreno Cuenca, y que en la novela adopta el sobrenombre del Zarco,pero cuya filiación corresponde a la de Antonio Gamallo .
No olvidemos que ese personaje como dice en la novela “…había pasado más de veinticinco años en la cárcel o en busca y captura y había sido juzgado catorce veces y acusado de haber cometido casi seiscientos delito , entre ellos no menos de cuarenta atracos a gasolineras, garajes, joyerías, bares, restaurantes, estancos y comercios en general, además de multitud de atracos a transeúntes y robos de coches y casas particulares. Había sido herido seis veces en enfrentamientos con la policía y la guardia civil y otras diez en peleas callejeras o carcelarias….”pág.204 .
De algún modo esta novela es como la crónica de los últimos treinta años. Es algo así como la otra cara de Anatomía de un instante, ya que si en esta se erige en protagonista el poder político y militar de la época, en Las leyes de la frontera la transición la vamos a ver desde abajo, desde el punto de vista de un charnego
La acción protagonizada por El vaquilla y sus colegas se va a centrar desde el año 1978 en un contexto catastrófico en lo que atañe a la política, a lo económico y también a lo militar. Si en la primera novela , con el transfondo de la guerra civil española, reflejaba algo relacionado con la dimensión moral y existencial de unos hechos pero que la tituló Soldados de Salamina porque al que investiga los hechos sobre Sánchez Mazas la guerra civil española le queda tan lejos que viene a sonarle igual que la de Salamina, ahora, en cambio, la guerra ético-moral aquí novelada formó parte de los referentes de los massmedia de Javier Cercas y de toda su generación.
Como muy bien dice la voz narrativa predominante en la novela “es natural que el Zarco se haya convertido en el forajido heroico que, para los periodistas y hasta para algunos historiadores, encarna las ansias de libertad y las esperanzas frustradas de los años heroicos del cambio de la dictadura a la democracia en España” (pág.355). Algo así como “El Robín Hood de la época”
Aborda el tema de la violencia, de la droga y del sida, que a la postre terminará con toda la carrera delictiva del Zarco. Pero no sólo es esto, temática social, mundo carcelario, emigración, etc., sino también una atractiva historia de amor. La genialidad de Javier Cercas está en saber escudriñar confines sociales que nos suelen pasar desapercibidos. Donde nadie ve un problema, el novelista creador y en este caso Cercas lo ve o lo crea, problematizando la realidad. La historia de estos delincuentes juveniles va a ser investigada por un escritor treinta años después que recorrerá despachos, expedientes policiales, visitas a la cárcel, entrevistas a todos los que trataron al Zarco, intentando recomponer la figura que también había saltado al campo cinematográfico.
La aparente falta de dificultad a la hora de leer la novela no es más que un espejismo. Hay una estructura narrativa muy elaborada y compleja pero que a simple vista pasa desapercibida, lo cual es de agradecer por los lectores pero que no está al alcance de cualquiera. A veces juega con nosotros los lectores pretendiendo ignorar datos que nosotros desearíamos saber, como por ejemplo quién fue la persona de la pandilla que denunció al Zarco. Cree tener sospechas pero nos enreda con las distintas posibilidades. La influencia y el homenaje a Cervantes están a la vista. La novela transcurre preferentemente en primera persona pero irán alternándose las voces narrativas hasta encontrarnos con elementos de un narrador hipodiegético o también un estilo directo libre.
La interpretación del libro precisa de la colaboración del lector. Al contrario que en las novelas policíacas tradicionales el autor no nos va a dar todas las claves que desearíamos para tener el desenlace claro. La realidad es un prisma donde las múltiples caras son necesarias aunque no acabemos de percibirlas conjuntamente. Una buena obra literaria no es más que una partitura musical donde el lector va a tener que interpretarla. El lector se convierte en la otra mitad del libro. En algún medio el propio Cercas había repetido una cita de Milan Kundera que decía algo así como que “El ideal de novela es la que es fácil de leer y difícil de entender”
A pesar de todo ello es indudable que Las leyes de la frontera se lee con facilidad pero ello es debido a un trabajo muy intenso donde los lectores poco atentos no lo van a percibir, lo cual les va a permitir sumergirse en el meollo novelístico.
La primera parte de la novela está protagonizada por el adolescente Ignacio Cañas, El gafitas, y este período es un auténtico bildungroman, un aprendizaje de lo que hay más allá de las fronteras en que nos movemos dentro de nuestro habitual entorno social. Es el hijo de un funcionario que en el colegio pronto es sometido a un cruel y feroz acoso escolar, un bulling, protagonizado por un tal Batista, matón y pequeño líder que le hará la vida imposible y hasta le obligará a lamerle los zapatos. Su vida en el colegio será un infierno tanto por los golpes físicos como por las humillaciones a que será sometido. A través de otro compañero ,Matías, va a entrar en el otro mundo y a distanciarse de su familia.
La historia va avanzando entre una conversación de un abogado y los que habían sido miembros de la ya citada banda de delincuentes juveniles resultando así una auténtica polifonía novelesca rica en matices. Traspasada la frontera” de su ambiente social se integra en la banda del Zarpo y de Tere, jóvenes marginales, procedentes de reformatorios y de cárceles que lo introducirán en el mundo de la delincuencia al dar su primer golpe robando un coche y asaltando un chalet. El personaje de Tere es una gran creación del autor por su atractiva descripción psicológica llena de matices. Mantendrá una escurridiza y ambigua relación sentimental con El gafitas en distintas épocas de su vida en las que los lectores tendrán que atar cabos para entender el tipo de conexión sentimental existente entre ambos.
La novela dará un salto siete años después de los acontecimientos importantes de la banda cuando el protagonista central, convertido en el abogado Cañas, se reencuentre con aquellos personajes en la misma ciudad donde cruzaron sus vidas.

En el verano de 1978, cuando España no ha salido aún del franquismo y no termina de entrar en la democracia y las fronteras sociales y morales parecen más porosas que nunca, un adolescente llamado Ignacio Cañas conoce por casualidad al Zarco y a Tere, dos delincuentes de su edad, y ese encuentro cambiará para siempre su vida. Treinta años más tarde, un escritor recibe el encargo de escribir un libro sobre el Zarco, convertido para entonces en un mito de la delincuencia juvenil de la Transición, pero lo que el escritor acaba encontrando no es la verdad concreta del Zarco, sino una verdad imprevista y universal, que nos atañe a todos. Así, a través de un relato que no concede un instante de tregua, escondiendo su extraordinaria complejidad bajo una superficie transparente, la novela se convierte en una apasionada pesquisa sobre los límites de nuestra libertad, sobre las motivaciones inescrutables de nuestros actos y sobre la naturaleza inasible de la verdad. También confirma a Javier Cercas como una de las figuras indispensables de la narrativa europea contemporánea.