"En unos tiempos como los actuales, de enorme polarización política, resulta inevitable hacernos una pregunta: ¿por qué no podemos llevarnos bien? Seamos de derechas o de izquierdas, demasiadas veces tenemos la sensación de que nuestro adversario, además de oponerse a nosotros, no entiende en absoluto nuestras posturas y ni siquiera lo intenta. Eso hace que las divisiones sociales se estén consolidando, el debate público se convierta en un griterío y que en su mayoría los ciudadanos crean que sólo ellos están en lo cierto. Muchas personas, guiadas por razones morales que en realidad no son fruto de la razón, sino de un tribalismo parcialmente innato, son incapaces de entender que tanto los progresistas como los conservadores o los liberales, los creyentes y los ateos, tienen parte de razón; el conicto moral les impide verlo. Recurriendo a las investigaciones más recientes en campos como la neurociencia, la genética, la psicología social o los procesos evolutivos, La mente de los justos explica por qué los ciudadanos de las sociedades modernas viven divididos por distintas visiones morales de la realidad que, en última instancia, se traducen en tribus políticas aparentemente insalvables. Y es, también, una receta racional y moderada para intentar superar ese enfrentamiento y aprender a cooperar" -- Contracoberta… (más)
Muchas personas, guiadas por razones morales que en realidad no son fruto de la razón, sino de un tribalismo parcialmente innato, son incapaces de entender que tanto los progresistas como los conservadores o los liberales, los creyentes y los ateos, tienen parte de razón; el conicto moral les impide verlo.
Un libro que profundiza en los origenes de la moralidad para evitar que los humanos se enfrenten por causas polÃticas y religiosasEnLa mente de los justos el psicólogo Jonathan Haidt explora la naturaleza e historia humana desde el punto de vista de la psicologÃa moral, centrando su pionera investigación en los orÃgenes de la moralidad y las razones por las que las personas están divididas por la polÃtica y la religión. La respuesta no es, como muchos creerÃan, porque algunas personas son buenas y otras malas. La investigación de Haidt muestra que nuestras mentes fueron diseñadas para la justicia grupal. Somos criaturas profundamente intuitivas y son nuestros instintos los que guÃan nuestro razonamiento. Esto hace que sea complicado conectar con aquellos que viven en otras matrices, que a menudo son construidas en un subconjunto diferente de los fundamentos morales. Pero si queremos entendernos a nosotros mismos, nuestras divisiones, nuestros lÃmites y nuestro potencial, necesitamos dar un paso atrás, dejar a un lado el moralismo, utilizar cierta psicologÃa moral y analizar este juego al que todos estamos jugando.La mente de los justospretende disminuir la ira y la división que producen estos temas y reemplazarlos con asombro y curiosidad. ( )
"Can we all get along?" That appeal was made famous on May 1, 1992, by Rodney King, a black man who had been beaten nearly to death by four Los Angeles police officers a year earlier.
The mind is divided, like a rider on an elephant, and the rider's job is to serve the elephant.
The righteous mind is like a tongue with six taste receptors.
We Are 90 Percent Chimp and 10 Percent Bee.
I could not understand how any thinking person would voluntarily embrace the party of evil, and so I and my fellow liberals looked for psychological explanations for conservatism, but not for liberalism.
Libertarians are basically liberals who love markets and lack bleeding hearts.
When libertarians talk about the miracle of "spontaneous order" that emerges when people are allowed to make their own choices, the rest of us should listen.
Emphasizing differences makes many people more racist, not less.
"En unos tiempos como los actuales, de enorme polarización política, resulta inevitable hacernos una pregunta: ¿por qué no podemos llevarnos bien? Seamos de derechas o de izquierdas, demasiadas veces tenemos la sensación de que nuestro adversario, además de oponerse a nosotros, no entiende en absoluto nuestras posturas y ni siquiera lo intenta. Eso hace que las divisiones sociales se estén consolidando, el debate público se convierta en un griterío y que en su mayoría los ciudadanos crean que sólo ellos están en lo cierto. Muchas personas, guiadas por razones morales que en realidad no son fruto de la razón, sino de un tribalismo parcialmente innato, son incapaces de entender que tanto los progresistas como los conservadores o los liberales, los creyentes y los ateos, tienen parte de razón; el conicto moral les impide verlo. Recurriendo a las investigaciones más recientes en campos como la neurociencia, la genética, la psicología social o los procesos evolutivos, La mente de los justos explica por qué los ciudadanos de las sociedades modernas viven divididos por distintas visiones morales de la realidad que, en última instancia, se traducen en tribus políticas aparentemente insalvables. Y es, también, una receta racional y moderada para intentar superar ese enfrentamiento y aprender a cooperar" -- Contracoberta
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Muchas personas, guiadas por razones morales que en realidad no son fruto de la razón, sino de un tribalismo parcialmente innato, son incapaces de entender que tanto los progresistas como los conservadores o los liberales, los creyentes y los ateos, tienen parte de razón; el conicto moral les impide verlo.
Recurriendo a las investigaciones más recientes en campos como la neurociencia, la genética, la psicologÃa social o los procesos evolutivos, La mente de los justos explica por qué los ciudadanos de las sociedades modernas viven divididos por distintas visiones morales de la realidad que, en última instancia, se traducen en tribus polÃticas aparentemente insalvables. Y es, también, una receta racional y moderada para intentar superar ese enfrentamiento y aprender a cooperar.