Theophrastus

SOBRE LAS SENSACIONES

El fragmento Sobre las sensaciones ha permanecido inalterable desde que en 1879 H. Diels estableciera la que desde entonces ha sido la mejor edición critica. El largo siglo de vigencia de este trabajo habla, por una parte, del rigor y acicrto con que este estudioso llevó a cabo su labor y, por otra, de la escasa atención que esta obra de Teofrasto
ha merecido entre los criticos de nuestro siglo. Pocos son, sin embargo, los que niegan el carácter capital de este texto para un conocimiento más preciso de la psicologia y epistemología prearistotélicas.

Por ello, han sido varias las voces que en los últimos años han acentuado la necesidad de contar con una nueva edición de este fragmento. La que ahora presentamos recoge los trabajos de colación de manuscritos no conocidos por Diels, los estudios realizados sobre pasajes especialmente complejos y ofrece la primera traducción completa al castellano. Aparece esta nueva edición en unos momentos en que felizmente se está superando la vieja y prejuiciosa concepción que hacía de Teofrasto un mero comentarista de la obra aristotélica y fructifican iniciativas importantes que hacen prever un profundo giro en nuestra valoración del más próximo discípulo del Estagirita.

En la introducción, Solana Dueso perfila una imagen intelectual de Teofrasto en la que acentúa la originalidad de su pensamiento, su sentido crítico, sus propias opciones teóricas y metodológicas, y la fiabilidad de los informes sobre sus predecesores.

JOSE SOLANA DUESO (editor), nacido en Plan (Huesca), ha cursado estudios de Filosofía en las Universidades de Zaragoza y Barcelona En esta ultima se doctoró con una tesis sobre Protagoras. Ha sido profesor de Filosofía en Enseñanza Media y desde 1990 ejerce como docente en la Universidad de Zaragoza. Entre sus libros, cabe citar El camino del ágora (2000) y las ediciones de Testimonios y discursos de Aspasia de Mileto (en esta Editorial, 1994); Los sofistas. Testimonios y fragmentos (1996); Dissoi Logoi. Textos relativistas de Protágoras de Abdera (1996). Ha publicado asimismo numerosos trabajos de investigación en revistas especializadas, la mayoría de ellos relacionados con la filosofa griega.… (más)

CARACTERES POR TEOFASTRO

Este volumen reúne dos textos que, por su carácter de contrapunto, son muy útiles para completar el fresco social de la Atenas del siglo IV a.C. En efecto, lejos de ser tratados filosóficos o biográficos sobre personajes destacados, se ocupan de gentes sencillas del mundo real ateniense.

Los Caracteres consisten en treinta breves capítulos por los que desfilan los defectos –no vicios– frecuentes en gentes mediocres y sin formación. Tal vez relacionados con la desaparecida parte dedicada a la comedia de la Poética aristotélica –Teofrasto dirigió el Liceo a la muerte del Estagirita–, observan la vida cotidiana ateniense, la humanidad de un mundo antiheroico, con sus debilidades y anécdotas. Cada uno de los capítulos está dedicado a un defecto: fingimiento, adulación, charlatanería, rusticidad, desvergüenza, sordidez, gamberrismo, inoportunidad, torpeza, grosería, superstición, vanidad, tacañería...

Las Cartas de Alcifrón (de quien sólo conocemos el nombre) no son epístolas reales, sino una creación literaria y ficticia que permite crear una inmensa galería de tipos atenienses de finales del siglo IV a.C. Se distribuyen en cuatro grupos sociales –pescadores, campesinos, parásitos y cortesanas–, dos productivos y dos improductivos, ociosos y marginales que reflejan los ambientes de ciudad y del campo, y las dos preocupaciones dominantes –abrumadoras– de estos personajes: la supervivencia diaria y la búsqueda de amor pasional.
Estas Cartas se caracterizan por su aticismo, gracejo, frescura y afectado realismo, mímesis de tipos y caracteres, algo de sainete y preciosismo, buen gusto y detalles cuidados: son mimos costumbristas breves y variopintos repletos de maliciosas anécdotas y menudas peripecias.

Ambas obritas, combinadas, constituyen una rica tipología social y evocan la vida en la Atenas contemporánea mediante una imagen colorista y popular: su ajetreo, la vida al aire libre (más que familiar), los centros públicos (ágora, pórtico, gimnasios, baños públicos...), los espectáculos (teatro, mimo...), los actos de convivialidad y cohesión (banquetes y simposios): en suma, la alegría de vivir ligada a placeres elementales. Por todo ello, no extrañará que el comediógrafo Menandro sacara gran provecho de ambas, pues ya anuncian las conversaciones, los chismorreos y las coqueterías que él reproduciría.

Introducción, traducción y notas de E. Ruiz. Revisada por C. Morales Otal.
MarcarFundacionRosacruz | Jan 21, 2018 | edit |… (más)