Angie Sage

Septimus tiene motivos para estar satisfecho: Marcia, la maga extraordinaria, le acaba de nombrar aprendiz superior como premio por haber regresado de la Búsqueda. Lo primero que quiere hacer Septimus para celebrarlo es buscar a sus amigos Jenna, Beetle, Nicko y Snorri, que siguen atrapados en una apestosa cabaña del Mercado Fronterizo.
De vuelta a casa, sus planes se tuercen cuando una inesperada tormenta les obliga a descansar en una preciosa isla donde vive la enigmática aprendiz llamada Syrah y una fantasmagórica presencia que quiere hechizar a Septimus…… (más)

Una nueva aventura para niños y niñas que combina dosis de acción con la cotidianeidad del mundo mágico y toques de humor.
Las aguas andan revueltas en el entorno a Septimus. Una extraña enfermedad está azotando la ciudad, y el fantasma de la reina Ehteld redda, que murió hace más de 500 años, acaba de aparecer y no deja de ordenar y de criticar. Simon, el hemano de Septimus, ha desapa recido y eso no puede ser una buena noticia. Además de todo esto, un alquimista, Marcellus, ha vuelto para llevarse a Septimus porqu e lo quiere convertir en su aprendiz.
Según parece, todo esto ya estaba previsto, o al menos así lo ha escrito el propio Septimus, ¡solo quinientos años antes!… (más)

Ha transcurrido casi un año desde que Septimus descubrió quién era. Ahora, ya como aprendiz de la Maga Extraordinaria, Marcia Overstrand, practica todo tipo de conjuros y hechizos, mientras su hermana Jenna se acostumbra poco a poco a su nueva vida de princesa.
Sin embargo, tras este escenario tan maravilloso se esconde una seria amenaza: Simon, el hermano mayor de los Heap, que en la primera parte traicionó a su familia para poder convertirse en aprendiz del mago extraordinario, no acepta a Septimus y quiere ocupar su lugar. En todo este tiempo, ha estado practicando la magia negra y ha conseguido un hechizo único: el Flyte, que le permite volar a una velocidad y con un poder immensos, y que según toda la comunidad mágica, había desaparecido porque el último alquimista lo había arrojado al horno.… (más)