Rudy Rucker

«Jerzy Rugby está solo en el mundo real: se ha separado de su esposa que se ha llevado también a sus hijos. Afortunadamente, sin embargo, mantiene su trabajo como programador, como hacker en el ciberespacio. Trabaja al servicio de GoMotion Corporation en su intento de fabricar robots inteligentes capaces de autorreplicarse. Al menos cuando programa, Jerzy es feliz, completamente feliz.

Experto en vida artificial y en algoritmos genéticos, un día Jerzy descubre con horror que su estación de trabajo está infestada de hormigas. Unas hormigas que Jerzy conoce muy bien ya que él mismo ha ayudado a desarrollarlas para su jefe Roger Coolidge.

Además, gracias a la absurda intervención del robot de Jerzy, el prototipo Studly, ese nuevo y terrible virus fórmico, acaba invadiendo el sistema de televisión digital y deja sin emisión a todo el mundo. Como era de esperar, la justicia considera responsable a Jerzy. La loca aventura de un hacker con todo tipo de problemas está servida.»
(edit. promo.)

Aunque lo he etiquetado como cifi, la verdad es que entra más en la definición de transrealismo (joer, de hecho, acabo de buscar en la Wikipedia para enlazar y resulta que en el artículo sale citado el autor) un poco en la onda de Philip K. Dick. Aunque ya le gustaría al que lo ha escrito llegar a una pizca de literatura del citado.

Tampoco es que esté mal, pero porque lo pillé en plan rebaja en el Tipo (creo que por quince lauros tres libros o algo así, ya ni me acuerdo). Si hubiera pagado lo que pedían en su momento, seguramente me hubiera juntado con Álex Vidal en su crítica.

Algo que me gustó: el tema del riesgo que corremos si dejamos que una sóla empresa se adueñe de espacios electrónicos con la excusa de la tecnología (las hormigas del título hacen referencia a una especie de virus autorreplicante que se extiende globalmente porque están pensados para un tipo de procesador (o logaritmo de compresión, ahora no me acuerdo) que se utiliza universalmente para emitir televisión digital. De ahí que cuando saltan al ciberespacio lo hagan de forma total)

Algo que no me gustó tanto: la traducción. No sé, justo coincidió con otra traducción del mismo autor (La ciudad al final del tiempo) que también me crujió mucho y ya no sé si pensar que hizo las obras por encargo y sin muchas ganas.

Más entretenido de lo que pensaba, desde luego (lo tenía en balda desde hacía un montón de tiempo y me echaba para atrás ya sólo la cubierta. Así de simple que soy) pero nada que ver con obras como Reamde que he tenido la suerte de leer hace poco (será una obra menor del Stephenson, pero, la verdad, me lo he pasado como un enano leyéndola)… (más)